Los Amish están más sanos

 

Un estudio publicado en 2020 en el prestigioso BMJ traía una interesante conclusión: 

"Hay una prevalencia sustancialmente menor de diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia en los Amish en comparación con los caucásicos no Amish en los EE. UU".


La hipertensión o la hipercolesterolemia no son propiamente enfermedades, sino unos niveles de esos parámetros. En cambio la diabetes es una enfermedad en toda regla: una enfermedad autoinmune. Y la comparativa es elocuente:


Este es el comentario final del autor:

"Se desconocen las razones de estas diferencias de prevalencia, aunque probablemente se relacionen con características distintivas del estilo de vida y la comunidad Amish que pueden proteger la salud cardiometabólica, como los niveles relativamente altos de actividad física y la estructura cohesiva y de apoyo de la comunidad Amish".

Resulta cómico, pero también revelador, citar como posible causa de esos datos tan positivos la "estructura cohesiva de la comunidad" y no mentar "la bicha"...

Sí, vamos a decirlo, los Amish no se vacunan, y no sólo no muestran peor salud que los vacunados, sino que al parecer están mucho más sanos.

"El que tenga oídos para oir, que oiga" (Mateo 11:15).


¿Infección o disbiosis?

 

Teniendo en cuenta que el cuerpo humano está constituido por 10 billones de células y 100 billones de bacterias, deberiamos utilizar el término "infección" con un poco de prudencia, ya que en muchos casos el término más adecuado a utilizar sería el de "disbiosis"...

"Infección" se refiere a la invasión y multiplicación de un microorganismo patógeno en un organismo. Este microorganismo generalmente no forma parte de la flora normal, y puede desencadenar una respuesta inmune con síntomas como fiebre, dolor e inflamación.

"Disbiosis" describe un desequilibrio en la comunidad de microorganismos que ya viven en el organismo de forma normal. Esto puede implicar que algunas bacterias "buenas" disminuyan o que microorganismos "malos" se multipliquen en exceso, lo cual se asocia a problemas crónicos, alergias y enfermedades autoinmunes.

El término "disbiosis" fue acuñado a principios del siglo XX por el microbiólogo ruso Iliá Méchnikov, que ganó el Premio Nobel en 1908 por sus investigaciones en Inmunología.

Iliá Méchnikov

Méchnikov observó que ciertas bacterias intestinales producían toxinas y compuestos perjudiciales, y sugirió que su acumulación en el organismo podía contribuir al envejecimiento y al desarrollo de enfermedades crónicas. Su teoría era que un equilibrio adecuado en la flora intestinal era esencial para mantener la salud, mientras que un desequilibrio o "disbiosis" contribuía al deterioro corporal. 

Méchnikov propuso el consumo de ciertos alimentos fermentados, como el yogur, que contienen bacterias beneficiosas, para restablecer el equilibrio microbiano.

Lactobacillus bulgaricus

La fermentación láctica ya era utilizada por los tracios que vivían en la actual Bulgaria hace más de 8.000 años. Al parecer la descubrieron al transportar la leche fresca de oveja en sacos de piel de cabra. Así obtuvieron el yogur y el queso, los primeros alimentos probióticos del mundo.

La bacteria causante de la fermentación láctica, Lactobacillus bulgaricus, fue descubierta en 1905 por el doctor búlgaro Stamen Grigorov. Esta bacteria bloquea la proliferación de otras que son patógenas, con lo que efectivamente retrasa el proceso de envejecimiento del organismo humano, tal como defendía Méchnikov.

Isaac Carasso, nacido en 1874 en la ciudad griega de Salónica, y de origen sefardí, conoció el valor nutritivo del yogur en sus viajes por Bulgaria. Al comienzo de la Primera Guerra Mundial se estableció en Barcelona y decidió comercializarlo bajo el nombre de Danone, en honor a su hijo Daniel.

La comercialización no fue fácil en un principio, pero la promoción de sus propiedades saludables por el premio Nobel de Medicina Méchnikov la impulsó, y se extendió por todo el mundo. 

Actualmente, el término "disbiosis" se refiere a un desequilibrio en la microbiota que puede estar asociado con una amplia gama de problemas de salud, incluyendo enfermedades digestivas, metabólicas, autoinmunes y trastornos mentales.

Confundir la disbiosis con una infección puede llevar a tratamientos incorrectos. Por ejemplo, usar antibióticos de amplio espectro para tratar una disbiosis puede empeorar el problema al eliminar aún más bacterias beneficiosas y desequilibrar más la microbiota. Suele ser más efectivo restaurar el equilibrio mediante cambios en la dieta, probióticos o prebióticos.

Hace unas décadas, resultaba de lo más común que ante una diarrea el médico prescribiera un medicamento, hoy retirado, compuesto de 3 antiinfecciosos intestinales:

Quizá hubiera sido más lógico recetar la toma unos días de yogur...

Por cierto, los Danones al principio se vendían en las farmacias. Como la Coca-Cola.


Recordando a Campoamor

 

"En este mundo traidor

nada es verdad ni mentira;

todo es según el color

del cristal con que se mira" 

Estos conocidos versos del poeta español Ramón de Campoamor ilustran la subjetividad de la percepción humana, sugiriendo que la verdad y la falsedad dependen del punto de vista de cada persona, o de las circunstancias desde las cuales se observa un hecho.

Irena Vlatkovic trabaja en BioNTech, y en un artículo de la revista Biomedicines glosaba las enormes posibilidades de la terapia de ARNm para desarrollar terapias de reemplazo, una vez abierta la veda para su uso con las vacunas COVID...


Al hablar de su investigación sobre la inmunogenicidad intrínseca de las nanopartículas lipídicas que contienen ARNm, Irena la consideraba beneficiosa para el desarrollo de vacunas ya que, según ella, esta propiedad intrínseca ayudaría a activar el sistema inmunológico.

Vlatkovic también reconocía que las nanopartículas lipídicas pegiladas pueden presentar toxicidad por las posibles reacciones inmunitarias debido a la formulación con polietilenglicol (PEG)...

Y fijaba la mirada en algo que nosotros ya habíamos identificado:

"Cuando se utiliza un lípido de PEG se pueden formar anticuerpos anti-PEG que conducen a la activación del complemento y, posteriormente, a la fagocitosis mediada por el complemento, lo que da lugar a un fenómeno de aclaramiento sanguíneo acelerado (ABC) o, en casos raros, puede producirse la liberación de múltiples mediadores secundarios, lo que conduce a una pseudoalergia relacionada con el complemento (CARPA)".

Reconocía que:

"Los anticuerpos anti-PEG obstaculizan la eficacia del ARN en nanopartículas lipídicas, especialmente tras dosis repetidas (como se requiere en aplicaciones que no son de inmunoterapia) y pueden conducir a mayores riesgos de seguridad".

Pero a pesar de la toxicidad potencial, justificaba su uso:

"Estos medicamentos están en uso ya que los beneficios de su aplicación superan significativamente los posibles problemas de seguridad".

Esto podría tener un pase si algún día sirven para tratar enfermedades como los déficits metabólicos, donde el riesgo podría considerarse justificado, pero... ¡¿en vacunas...?!

Irena Vlatkovic, desde la parte investigadora y comercializadora de la tecnología del ARNm, no veía problema en algo que a nosotros nos aterra: que se incite a personas sanas a que se inyecten un producto genético para prevenir una posible enfermedad, y que el propio producto les genere otra patología diferente. Lo que ella ve de color rosa, a nosotros nos parece negro...

Y con ese "nosotros" me refiero a quienes defendemos que el "Primum non nocere", junto con el respeto a la autonomía del paciente y el consentimiento informado, son los principios éticos que deben regir la atención médica.

(NOTA: Los principios éticos no salen en el CV.)


Repensando las vacunas contra los virus respiratorios

 

En medio de una nueva campaña de vacunación masiva frente a la gripe y el COVID, vamos a releer lo que el Dr Anthony Fauci, el gran pope actual de la medicalización, publicó como coautor a fines de 2022 en la revista Cell:


"Hasta la aparición de la COVID-19, la gripe había sido durante muchas décadas la enfermedad respiratoria viral prevenible por vacunación más mortal, una para la que solo se dispone de vacunas que no son óptimas. Sorprendentemente, poco ha cambiado con las vacunas contra la gripe desde 1957, cuando se administraron por primera vez en los programas nacionales de vacunación de los EE UU". 

"A lo largo de los años, las vacunas contra la gripe nunca han podido generar una inmunidad protectora duradera contra las cepas del virus de la gripe estacional, incluso contra las cepas no derivadas".

"Las vacunas actuales requieren una revacunación anual con formulaciones actualizadas que con frecuencia no coinciden exactamente con las cepas del virus circulantes".

"En 2022, después de más de 60 años de experiencia con las vacunas contra la gripe, se han observado muy pocas mejoras en la prevención de la infección mediante vacunas".

"A medida que han surgido cepas variantes del SARS-CoV-2, se han hecho evidentes deficiencias en estas vacunas que recuerdan a las vacunas contra la gripe. Las vacunas para estos dos virus muy diferentes tienen características comunes: generan una protección incompleta y de corta duración contra las variantes del virus en evolución que escapan a la inmunidad de la población".

"Los virus respiratorios mucosos no sistémicos con altas tasas de mortalidad han eludido hasta ahora los esfuerzos del desarrollo de vacunas".

Pareciera que, cual Saulo de Tarso, Fauci estuviera bajándose del burro de la hipervacunación...

"Los intentos fallidos del pasado de obtener una protección sólida contra los virus respiratorios de las mucosas, y de controlar los brotes y pandemias mortales que causan, han sido un fracaso científico y de salud pública que debe abordarse con urgencia..." 

Pero al final llega el esperado giro de guion... 

"Nos entusiasma y nos llena de energía que muchos investigadores y grupos de colaboración estén repensando, desde cero, todas nuestras suposiciones y enfoques pasados ​​para prevenir enfermedades virales respiratorias importantes y trabajando para encontrar nuevos y audaces caminos para el futuro".

La mirada de Fauci siempre va por delante de los acontecimientos.


Los efectos secundarios no existen

 

Esto defiende en Twitter Roman Bystrianyk...

"Una cosa en la que creo firmemente es que no existe nada parecido a un "efecto secundario". 

Todo lo que se introduce en el organismo produce efectos, y punto. Los resultados que el sistema médico considera deseables se etiquetan simplemente como lo que el medicamento "hace", mientras que cualquier cosa negativa se clasifica convenientemente como un "efecto secundario

Al relegar estos resultados adversos a la etiqueta de "efecto secundario", a menudo se los minimiza o, en algunos casos, se los pasa por alto por completoEsta distinción permite restar importancia a las consecuencias dañinas en lugar de reconocerlas plenamente".

Estas ideas están en línea con las que ya expuso el profesor Laporte:

"Lo que nos dice un ensayo clínico que concluye que tal medicamento es eficaz es "Oye, es más probable que esta variable que yo he medido mejore si das el fármaco que no si no lo das o si das un placebo", pero ahí una vez tú decides prescribir el fármaco puede ser que el paciente mejore, puede ser que el paciente ni mejore ni empeore, o puede ser que el paciente presente efectos adversos".

Roman Bystrianyk es coautor junto a Suzanne Humphries del libro Desvaneciendo Ilusiones

 

En él sostienen que la disminución de la mortalidad por enfermedades infecciosas no fue resultado del uso de vacunas ni antibióticos, sino que se debió a mejoras significativas en las condiciones de vida, como:

  • Mejoras en la higiene y el saneamiento, como los sistemas de agua potable y alcantarillado.
  • Mejoras en la alimentación de la población.
  • Mejoras en las condiciones laborales y reducción del hacinamiento en fábricas y ciudades.
  • Mejoras en educación sobre prácticas higiénicas.

Según los autores, estos factores fueron cruciales para la reducción de la mortalidad por enfermedades como el sarampión, la tuberculosis y la difteria, antes de que las vacunas y los antibióticos fueran ampliamente utilizados.

Por salirse del carril cuestionando los consensos científicos establecidos, todos ellos son hoy etiquetados de "negacionistas"...

Pero recordemos que cuando Ignaz Semmelweis, hoy considerado un héroe, propuso a los médicos en 1847 la higiene de manos para prevenir infecciones en los partos, éstos se ofendieron y lo ridiculizaron.

El rechazo inicial a las ideas de Semmelweis, a pesar de la evidencia empírica que las respaldaba, es el origen del término "reflejo de Semmelweis", usado para describir la reacción automática de rechazar nuevas ideas sin examinarlas adecuadamente, especialmente cuando desafían el conocimiento convencional.

Libertad frente a censura

 

En España, la legislación actual establece que la vacunación no es obligatoria, según lo dispuesto en la Ley de Autonomía del Paciente, que garantiza el derecho a decidir sobre los tratamientos médicos, incluida la vacunación. 

Este principio de libertad sanitaria ha sido un tema de debate durante la pandemia de COVID-19, junto con el papel de las plataformas digitales como YouTube o Twitter. La reciente muerte de Susan Wojcicki, ex-CEO de YouTube encargada de moderar contenidos relacionados con temas polémicos como las vacunas, ha generado controversia sobre la influencia de estas grandes plataformas en la difusión de información crítica o contraria a la vacunación.

Tras su adquisición por Elon Musk, Twitter ha resurgido como un espacio más abierto para el debate en un mundo cada vez más digital y polarizado, donde la protección pública y la libertad individual pugnan en difícil equilibrio.

El choque entre la libertad de decisión y el control de la información en las plataformas digitales plantea un dilema sobre los límites de la censura y el derecho a la información, especialmente en temas sensibles como las políticas de salud.

En este blog creemos que la salud de una sociedad se mide por su capacidad para fomentar la libre circulación de ideas. Y sólo cuando cada individuo tiene el derecho de elegir y cuestionar, sin miedo a la censura o la imposición, se construye una comunidad verdaderamente libre.