Un estudio finlandés publicado en Diabetologia en 2017 se une a otros anteriores que sugieren que los enterovirus pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 en niños.
Los enterovirus son un grupo de virus comunes que suelen causar enfermedades leves, como el resfriado común o la enfermedad de manos, pies y boca.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que daña las células productoras de insulina en el páncreas. Como otras, su incidencia aumenta cada año y su causa permanece no aclarada.
Los investigadores de la Universidad de Tampere en Finlandia analizaron muestras de heces de niños con desarrollo de diabetes reciente y de niños no diabéticos, buscando ARN de enterovirus como marcador de infección previa. El resultado fue positivo para el 80% del grupo de nuevos diabéticos, y del 60% para el grupo de control, una diferencia estadísticamente significativa.
Razonablemente, la autora principal Hanna Honkanen dice en Health que los padres no deben preocuparse por la exposición de sus hijos a los enterovirus, ya que parece haber múltiples vías para desarrollar diabetes tipo 1 y se necesitan factores adicionales.
Por otra parte, un estudio sobre la posible relación entre la diabetes tipo 1 y los adyuvantes de aluminio mostró que los pacientes expuestos a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) tenían un mayor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 1, aunque la diferencia aquí no resultó estadísticamente significativa.
Por suerte, ni todas las infecciones por enterococos ni todas las inyecciones de adjuvantes de aluminio conducen a diabetes, al menos por sí solas. Y hace tiempo que se estableció la recomendación de evitar vacunar a una persona que tenga una infección activa.
¿Qué podría suceder si de forma inadvertida se diera la concurrencia de ambos factores?
Al detectar en nuestro entorno la aparición de 2 casos de diabetes mellitus tipo 1 con una aparente relación temporal con la administración de la vacuna del papiloma y con una posible infección vírica concurrente, nos topamos con un muro aparentemente insalvable: no hay estudios previos sobre la posible interferencia entre adyuvantes de aluminio e infecciones víricas como base para el desarrollo de enfermedades autoinmunes como la diabetes con los cuales poder comparar.
Pero si esta causalidad fuese real, si la concurrencia de una infección por enterovirus y la inyección de un adyuvante a base de aluminio pudieran estar detrás del desarrollo de una diabetes mellitus, ¿lo habrían detectado los estudios anteriores por separado...?
Lamentablemente, la respuesta es negativa. Sólo un nuevo estudio en el que se evaluaran a la vez los dos factores podría encontrar significación estadística. Claro que para plantearlo habría que partir ya de la sospecha de esa doble causalidad, es decir, hay que presuponer el resultado y luego corroborarlo estadísticamente con el estudio.
La estadística es por tanto una herramienta de confirmación, pero no sirve para descubrir algo nuevo si no se tiene ya una base. La historia nos dice que para descubrir hay que observar, relacionar e intuir. La confirmación estadística, de llegar, lo hará posteriormente.