Distribución sanguínea de las vacunas de ARNm (II)

 

Continuamos analizando el estudio australiano publicado en septiembre en la revista de nanociencia y nanotecnología ACS Nano, que sigue la evolución en la sangre de las nanopartículas lipídicas de la vacuna de ARNm de Moderna:

Al leerlo debemos tener en cuenta que el PEG está en la superficie de la nanopartícula lipídica, y el ARNm todavía está dentro, así que lo analizado ocurre antes de que la vacuna "actúe" mediante la transfección de ARNm a células para que generen proteína espiga, y que ésta a su vez genere la producción de anticuerpos antiespiga, que es el objetivo de la vacuna. 

El artículo revela que las cantidades máximas de nanopartículas lipídicas detectadas en la sangre tienen correlación positiva con la posterior expansión de anticuerpos anti-PEG, al estimular el PEG a los linfocitos B para producirlos. Esto es un funcionamiento normal del sistema inmune.

Pero el estudio también revela que la tasa de descomposición de las nanopartículas lipídicas de ARNm no se ve influenciada por los niveles de anticuerpos IgG anti-PEG. Esto indica que los anticuerpos IgG anti-PEG no son opsonizantes: no hacen que los monocitos las fagociten y degraden, algo que sí se ha observado en la eliminación de fármacos pegilados como el Caelyx.

Esto es una importante novedad, ya que las nanopartículas de la vacuna inyectadas estimulan a los linfocitos B a producir anticuerpos IgG anti-PEG, que se unen a ellas pero no las eliminan, y siguen circulando por la sangre.

Este trabajo coincide en el tiempo con nuestra última publicación en zenodo, en la que proponemos la existencia de un síndrome anti-PEG que cursa con activación del complemento y que conduce a inmunotrombosis, un mecanismo patológico observado en un número creciente de casos, y que estaría ligado como efecto adverso a excipientes con PEG y polisorbatos usados también de forma creciente en las terapias biotecnológicas. 

Y lo que describe el estudio australiano está en línea con esta propuesta. Los anticuerpos IgG anti-PEG no son opsonizantes, pero sí que pueden activar el sistema del complemento, que es un conjunto de proteínas plasmáticas que trabajan en conjunto para ayudar a eliminar patógenos, y que pueden tener efectos proinflamatorios y trombóticos en distintos órganos.

Desde una perspectiva inmunológica, el artículo confirma ese papel inusual, e incluso "anómalo", de los anticuerpos anti-PEG en el contexto de una respuesta inmunitaria convencional, porque:

  • El PEG de las nanopartículas no es un patógeno, pero desencadena la producción de anticuerpos.
  • Estos anticuerpos no favorecen la eliminación del antígeno (el PEG de las nanopartículas) por los monocitos a través de mecanismos estándar como la opsonización por IgG.
  • La presencia de estos anticuerpos puede tener efectos negativos en algunas personas, lo que contrasta con la idea de que los anticuerpos siempre protegen al organismo.

Todo esto podría ser el resultado de la introducción en el organismo de unas sustancias artificiales como el PEG y sus derivados, relacionados químicamente con materiales biológicos presentes en microorganismos, pero para las que el sistema inmune no tiene una respuesta adecuada.

La publicación es una muestra de la inquietud reinante sobre la seguridad en el uso farmacéutico de la nanotecnología, y un estímulo para seguir investigando en este campo.


2 comentarios:

  1. Estás disertaciones requieren una licenciatura previa en bioquímica o farmacología.
    Jesús

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