Recordando a Campoamor

 

"En este mundo traidor

nada es verdad ni mentira;

todo es según el color

del cristal con que se mira" 

Estos conocidos versos del poeta español Ramón de Campoamor ilustran la subjetividad de la percepción humana, sugiriendo que la verdad y la falsedad dependen del punto de vista de cada persona, o de las circunstancias desde las cuales se observa un hecho.

Irena Vlatkovic trabaja en BioNTech, y en un artículo de la revista Biomedicines glosaba las enormes posibilidades de la terapia de ARNm para desarrollar terapias de reemplazo, una vez abierta la veda para su uso con las vacunas COVID...


Al hablar de su investigación sobre la inmunogenicidad intrínseca de las nanopartículas lipídicas que contienen ARNm, Irena la consideraba beneficiosa para el desarrollo de vacunas ya que, según ella, esta propiedad intrínseca ayudaría a activar el sistema inmunológico.

Vlatkovic también reconocía que las nanopartículas lipídicas pegiladas pueden presentar toxicidad por las posibles reacciones inmunitarias debido a la formulación con polietilenglicol (PEG)...

Y fijaba la mirada en algo que nosotros ya habíamos identificado:

"Cuando se utiliza un lípido de PEG se pueden formar anticuerpos anti-PEG que conducen a la activación del complemento y, posteriormente, a la fagocitosis mediada por el complemento, lo que da lugar a un fenómeno de aclaramiento sanguíneo acelerado (ABC) o, en casos raros, puede producirse la liberación de múltiples mediadores secundarios, lo que conduce a una pseudoalergia relacionada con el complemento (CARPA)".

Reconocía que:

"Los anticuerpos anti-PEG obstaculizan la eficacia del ARN en nanopartículas lipídicas, especialmente tras dosis repetidas (como se requiere en aplicaciones que no son de inmunoterapia) y pueden conducir a mayores riesgos de seguridad".

Pero a pesar de la toxicidad potencial, justificaba su uso:

"Estos medicamentos están en uso ya que los beneficios de su aplicación superan significativamente los posibles problemas de seguridad".

Esto podría tener un pase si algún día sirven para tratar enfermedades como los déficits metabólicos, donde el riesgo podría considerarse justificado, pero... ¡¿en vacunas...?!

Irena Vlatkovic, desde la parte investigadora y comercializadora de la tecnología del ARNm, no veía problema en algo que a nosotros nos aterra: que se incite a personas sanas a que se inyecten un producto genético para prevenir una posible enfermedad, y que el propio producto les genere otra patología diferente. Lo que ella ve de color rosa, a nosotros nos parece negro...

Y con ese "nosotros" me refiero a quienes defendemos que el "Primum non nocere", junto con el respeto a la autonomía del paciente y el consentimiento informado, son los principios éticos que deben regir la atención médica.

(NOTA: Los principios éticos no salen en el CV.)


Repensando las vacunas contra los virus respiratorios

 

En medio de una nueva campaña de vacunación masiva frente a la gripe y el COVID, vamos a releer lo que el Dr Anthony Fauci, el gran pope actual de la medicalización, publicó como coautor a fines de 2022 en la revista Cell:


"Hasta la aparición de la COVID-19, la gripe había sido durante muchas décadas la enfermedad respiratoria viral prevenible por vacunación más mortal, una para la que solo se dispone de vacunas que no son óptimas. Sorprendentemente, poco ha cambiado con las vacunas contra la gripe desde 1957, cuando se administraron por primera vez en los programas nacionales de vacunación de los EE UU". 

"A lo largo de los años, las vacunas contra la gripe nunca han podido generar una inmunidad protectora duradera contra las cepas del virus de la gripe estacional, incluso contra las cepas no derivadas".

"Las vacunas actuales requieren una revacunación anual con formulaciones actualizadas que con frecuencia no coinciden exactamente con las cepas del virus circulantes".

"En 2022, después de más de 60 años de experiencia con las vacunas contra la gripe, se han observado muy pocas mejoras en la prevención de la infección mediante vacunas".

"A medida que han surgido cepas variantes del SARS-CoV-2, se han hecho evidentes deficiencias en estas vacunas que recuerdan a las vacunas contra la gripe. Las vacunas para estos dos virus muy diferentes tienen características comunes: generan una protección incompleta y de corta duración contra las variantes del virus en evolución que escapan a la inmunidad de la población".

"Los virus respiratorios mucosos no sistémicos con altas tasas de mortalidad han eludido hasta ahora los esfuerzos del desarrollo de vacunas".

Pareciera que, cual Saulo de Tarso, Fauci estuviera bajándose del burro de la hipervacunación...

"Los intentos fallidos del pasado de obtener una protección sólida contra los virus respiratorios de las mucosas, y de controlar los brotes y pandemias mortales que causan, han sido un fracaso científico y de salud pública que debe abordarse con urgencia..." 

Pero al final llega el esperado giro de guion... 

"Nos entusiasma y nos llena de energía que muchos investigadores y grupos de colaboración estén repensando, desde cero, todas nuestras suposiciones y enfoques pasados ​​para prevenir enfermedades virales respiratorias importantes y trabajando para encontrar nuevos y audaces caminos para el futuro".

La mirada de Fauci siempre va por delante de los acontecimientos.


Los efectos secundarios no existen

 

Esto defiende en Twitter Roman Bystrianyk...

"Una cosa en la que creo firmemente es que no existe nada parecido a un "efecto secundario". 

Todo lo que se introduce en el organismo produce efectos, y punto. Los resultados que el sistema médico considera deseables se etiquetan simplemente como lo que el medicamento "hace", mientras que cualquier cosa negativa se clasifica convenientemente como un "efecto secundario

Al relegar estos resultados adversos a la etiqueta de "efecto secundario", a menudo se los minimiza o, en algunos casos, se los pasa por alto por completoEsta distinción permite restar importancia a las consecuencias dañinas en lugar de reconocerlas plenamente".

Estas ideas están en línea con las que ya expuso el profesor Laporte:

"Lo que nos dice un ensayo clínico que concluye que tal medicamento es eficaz es "Oye, es más probable que esta variable que yo he medido mejore si das el fármaco que no si no lo das o si das un placebo", pero ahí una vez tú decides prescribir el fármaco puede ser que el paciente mejore, puede ser que el paciente ni mejore ni empeore, o puede ser que el paciente presente efectos adversos".

Roman Bystrianyk es coautor junto a Suzanne Humphries del libro Desvaneciendo Ilusiones

 

En él sostienen que la disminución de la mortalidad por enfermedades infecciosas no fue resultado del uso de vacunas ni antibióticos, sino que se debió a mejoras significativas en las condiciones de vida, como:

  • Mejoras en la higiene y el saneamiento, como los sistemas de agua potable y alcantarillado.
  • Mejoras en la alimentación de la población.
  • Mejoras en las condiciones laborales y reducción del hacinamiento en fábricas y ciudades.
  • Mejoras en educación sobre prácticas higiénicas.

Según los autores, estos factores fueron cruciales para la reducción de la mortalidad por enfermedades como el sarampión, la tuberculosis y la difteria, antes de que las vacunas y los antibióticos fueran ampliamente utilizados.

Por salirse del carril cuestionando los consensos científicos establecidos, todos ellos son hoy etiquetados de "negacionistas"...

Pero recordemos que cuando Ignaz Semmelweis, hoy considerado un héroe, propuso a los médicos en 1847 la higiene de manos para prevenir infecciones en los partos, éstos se ofendieron y lo ridiculizaron.

El rechazo inicial a las ideas de Semmelweis, a pesar de la evidencia empírica que las respaldaba, es el origen del término "reflejo de Semmelweis", usado para describir la reacción automática de rechazar nuevas ideas sin examinarlas adecuadamente, especialmente cuando desafían el conocimiento convencional.

Libertad frente a censura

 

En España, la legislación actual establece que la vacunación no es obligatoria, según lo dispuesto en la Ley de Autonomía del Paciente, que garantiza el derecho a decidir sobre los tratamientos médicos, incluida la vacunación. 

Este principio de libertad sanitaria ha sido un tema de debate durante la pandemia de COVID-19, junto con el papel de las plataformas digitales como YouTube o Twitter. La reciente muerte de Susan Wojcicki, ex-CEO de YouTube encargada de moderar contenidos relacionados con temas polémicos como las vacunas, ha generado controversia sobre la influencia de estas grandes plataformas en la difusión de información crítica o contraria a la vacunación.

Tras su adquisición por Elon Musk, Twitter ha resurgido como un espacio más abierto para el debate en un mundo cada vez más digital y polarizado, donde la protección pública y la libertad individual pugnan en difícil equilibrio.

El choque entre la libertad de decisión y el control de la información en las plataformas digitales plantea un dilema sobre los límites de la censura y el derecho a la información, especialmente en temas sensibles como las políticas de salud.

En este blog creemos que la salud de una sociedad se mide por su capacidad para fomentar la libre circulación de ideas. Y sólo cuando cada individuo tiene el derecho de elegir y cuestionar, sin miedo a la censura o la imposición, se construye una comunidad verdaderamente libre.


Distribución sanguínea de las vacunas de ARNm (II)

 

Continuamos analizando el estudio australiano publicado en septiembre en la revista de nanociencia y nanotecnología ACS Nano, que sigue la evolución en la sangre de las nanopartículas lipídicas de la vacuna de ARNm de Moderna:

Al leerlo debemos tener en cuenta que el PEG está en la superficie de la nanopartícula lipídica, y el ARNm todavía está dentro, así que lo analizado ocurre antes de que la vacuna "actúe" mediante la transfección de ARNm a células para que generen proteína espiga, y que ésta a su vez genere la producción de anticuerpos antiespiga, que es el objetivo de la vacuna. 

El artículo revela que las cantidades máximas de nanopartículas lipídicas detectadas en la sangre tienen correlación positiva con la posterior expansión de anticuerpos anti-PEG, al estimular el PEG a los linfocitos B para producirlos. Esto es un funcionamiento normal del sistema inmune.

Pero el estudio también revela que la tasa de descomposición de las nanopartículas lipídicas de ARNm no se ve influenciada por los niveles de anticuerpos IgG anti-PEG. Esto indica que los anticuerpos IgG anti-PEG no son opsonizantes: no hacen que los monocitos las fagociten y degraden, algo que sí se ha observado en la eliminación de fármacos pegilados como el Caelyx.

Esto es una importante novedad, ya que las nanopartículas de la vacuna inyectadas estimulan a los linfocitos B a producir anticuerpos IgG anti-PEG, que se unen a ellas pero no las eliminan, y siguen circulando por la sangre.

Este trabajo coincide en el tiempo con nuestra última publicación en zenodo, en la que proponemos la existencia de un síndrome anti-PEG que cursa con activación del complemento y que conduce a inmunotrombosis, un mecanismo patológico observado en un número creciente de casos, y que estaría ligado como efecto adverso a excipientes con PEG y polisorbatos usados también de forma creciente en las terapias biotecnológicas. 

Y lo que describe el estudio australiano está en línea con esta propuesta. Los anticuerpos IgG anti-PEG no son opsonizantes, pero sí que pueden activar el sistema del complemento, que es un conjunto de proteínas plasmáticas que trabajan en conjunto para ayudar a eliminar patógenos, y que pueden tener efectos proinflamatorios y trombóticos en distintos órganos.

Desde una perspectiva inmunológica, el artículo confirma ese papel inusual, e incluso "anómalo", de los anticuerpos anti-PEG en el contexto de una respuesta inmunitaria convencional, porque:

  • El PEG de las nanopartículas no es un patógeno, pero desencadena la producción de anticuerpos.
  • Estos anticuerpos no favorecen la eliminación del antígeno (el PEG de las nanopartículas) por los monocitos a través de mecanismos estándar como la opsonización por IgG.
  • La presencia de estos anticuerpos puede tener efectos negativos en algunas personas, lo que contrasta con la idea de que los anticuerpos siempre protegen al organismo.

Todo esto podría ser el resultado de la introducción en el organismo de unas sustancias artificiales como el PEG y sus derivados, relacionados químicamente con materiales biológicos presentes en microorganismos, pero para las que el sistema inmune no tiene una respuesta adecuada.

La publicación es una muestra de la inquietud reinante sobre la seguridad en el uso farmacéutico de la nanotecnología, y un estímulo para seguir investigando en este campo.


Distribución sanguínea de las vacunas de ARNm (I)

 

ACS Nano es una prestigiosa revista científica publicada por la American Chemical Society (ACS) y centrada en la nanociencia y la nanotecnología. El número del 19 de septiembre trae un interesante estudio australiano sobre la cinética en sangre de la vacuna bivalente de ARNm de Moderna, y su impacto tanto en la inmunogenicidad de la vacuna como del polietilenglicol (PEG). 

La Farmacocinética es el estudio de cómo el cuerpo absorbe, distribuye, metaboliza y elimina un fármaco, es decir, describe el recorrido que sigue un medicamento dentro del organismo, desde el momento en que se administra hasta que es eliminado. 

La Farmacocinética descrita en el artículo de ACS Nano para la vacuna Spikevax nos muestra que las nanopartículas lipídicas con el ARNm en su interior no permanecen en el sitio de inyección, sino que circulan por el torrente sanguíneo siendo detectables hasta 14-15 días, y alcanzando niveles máximos en sangre el día 1-2 tras la vacunación. 

Esta rápida diseminación de las nanopartículas lipídicas del ARNm en la sangre es consistente con los hallazgos recientes sobre la detección de ARNm en la leche materna a las 3-45 h posteriores a la vacunación, y los niveles detectados en plasma hasta 14-15 días después de la vacunación son coincidentes con los de estudios transversales y de autopsias recientes.

Según el artículo, la vía preponderante por la cual la vacuna llega al torrente sanguíneo es a través de la absorción directa desde los capilares sanguíneos del músculo deltoides en el que se inyecta. Esto ocurre rápidamente después de la inyección, con las nanopartículas lipídicas y el ARNm detectables ya en la sangre dentro de las 4 horas posteriores a la vacunación. No es de extrañar teniendo en cuenta la buena irrigación sanguínea de los músculos del hombro:


Son datos que echan por tierra definitivamente el mantra tan repetido al inicio del uso de esta nueva tecnología de ARNm, que defendía que las nanopartículas lipídicas inyectadas se quedaban en el músculo y los ganglios linfáticos cercanos, y no llegaban a otros órganos del cuerpo bien irrigados como el corazón o el cerebro.

Se estaban confundiendo los deseos con la realidad, y en poco tiempo la Farmacovigilancia empezó a aflorar efectos adversos tras su administración como miocarditis e ictus, que ahora se van explicando.


En un próximo análisis abordaremos lo relativo al componente PEG de estas vacunas y a los anticuerpos anti-PEG, de gran interés para nosotros, y de los que también trata el artículo.