Una de cada diez personas padece una enfermedad autoinmune

 

"Las enfermedades autoinmunes afectan aproximadamente a una de cada diez personas y su incidencia continúa aumentando con el tiempo".

Este es el desolador dato al que ha llegado un estudio británico publicado en la revista Lancet.


El estudio utilizó un enorme conjunto de datos de registros médicos electrónicos anónimos del Reino Unido para investigar las 19 enfermedades autoinmunes más comunes.

Los resultados muestran que estas 19 enfermedades autoinmunes estudiadas afectan a alrededor del 10% de la población: el 13% de las mujeres y el 7% de los hombres, una cifra superior a estimaciones anteriores basadas en muestras más pequeñas, pero coincidente en el mayor impacto en las mujeres. ¿Qué factor de riesgo podría ser el que afecte más a las chicas que a los chicos...?

La investigación también confirma casos en que una persona con una enfermedad autoinmune tiene más probabilidades de desarrollar una segunda en comparación con alguien sin una enfermedad autoinmune. ¿Será que se reincide en el mismo factor de riesgo...?

Se observa que la diabetes tipo 1 de inicio en la infancia es más comúnmente diagnosticada en invierno. ¿Qué factor de riesgo podría darse a finales del otoño...?

Hay trastornos autoinmunes que se asocian comúnmente entre sí, como el síndrome de Sjögren, el lupus eritematoso sistémico y la esclerosis sistémica, que parecen indicar un mecanismo similar. 

Por contra, la esclerosis múltiple tiene poca concurrencia con otras enfermedades autoinmunes. Parece que su mecanismo es singular.

Otro estudio nos presenta un gráfico impactante integrando las distintas autoinmunes:


Se ve por ejemplo una prevalencia de la psoriasis del 2,5% de la población. Una barbaridad.

Este segundo trabajo lleva por título: "La creciente prevalencia de la autoinmunidad y las enfermedades autoinmunes: una llamada urgente a la acción para mejorar la comprensión, el diagnóstico, el tratamiento y la prevención".

Desde luego, son unos datos sobrecogedores que deberían tener a todo el estamento sanitario en vilo buscando una explicación y una solución. Sin embargo, la presión social es nula, y con la excepción de Twitter, el panorama está muy tranquilo. 

¿Y las acciones de los laboratorios farmacéuticos de las vacunas y los tratamientos para los trastornos autoinmunes...? Pues también arriba, y subiendo.

Coincidencias de la vida.


El Mundo se cae del caballo

 


El Diario el Mundo, un insigne representante de los medios de desinformación españoles, recoge las conclusiones del informe de la Cámara de Representantes de USA sobre la pandemia COVID. Y, según el periodista Sergio Collado, una de las reflexiones que hay que hacer es la siguiente: 

"Lo que eran bulos y fake news de muchos de aquellos etiquetados como negacionistas ahora está alineado con los hechos probados. En adelante, como ciudadanos deberíamos escuchar otras voces y otros ámbitos, aunque no concuerden con la narrativa del Estado, de los medios tradicionales, con los verificadores de información, con la mayoría de la sociedad ni con nuestra más arraigada ideología. Y hacerlo, siempre y en todo momento y para cualquier fuente, de manera crítica y distanciada, recordando que la urgencia del miedo es la peor consejera".

¿Es que el bueno de Sergio, cual Saulo de Tarso camino de Damasco, ha visto la luz?

¿Volverá el Mundo a ser un referente de la objetividad en la información? 

De momento, hay que reconocer que es una grieta inesperada en la Matrix. 

Aquí está el texto completo del artículo:


Tribuna Cataluña

La investigación que cambia la pandemia

Illa, ex ministro de Sanidad
Illa, ex ministro de SanidadFoto: Alejandro GarcíaEFE
Actualizado 

Han pasado casi cinco años desde uno de los momentos más traumáticos que como sociedad globalizada nos ha tocado vivir. Y parece que esa experiencia tan funesta de la pandemia por Covid-19 se haya enterrado profundamente. Pasado el problema, mejor olvidar lo terrible: la vida sigue. A estas alturas, nadie quiere nadie quiere nueva información para confesarse como infantil, miedoso, crédulo, cuando no como dueño de una voluntad ligera y manejable.

Bien, esta intro viene a cuento a raíz del informe Revisión posterior a la acción de la Pandemia de COVID-19: Lecciones aprendidas y un camino a seguir, publicado este 2 de diciembre de 2024 por la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU. Durante dos años, el Subcomité Selecto para la Pandemia de Coronavirus ha llevado a cabo la investigación más exhaustiva realizada hasta la fecha: entrevistas y declaraciones de los responsables y gestores, documentos administrativos y farmacéuticos, cartas de investigación y revisión de hasta más de un millón de páginas documentales... que cambian radicalmente el relato que teníamos de la pandemia.

Según este informe de más de 500 páginas, aquí un sucinto listado de algunos conocimientos que debemos actualizar en nuestro disco duro en concordancia a los hechos:

1-El origen más probable del virus Covid-19 fue una fuga del laboratorio de Wuhan, se desbanca el contagio de origen animal y se vuelve así a la primera versión de 2019. Fue y es un virus creado por el hombre, que apunta a un experimento de ganancia de función financiado por EE.UU.

2-La obligatoriedad del uso de mascarillas no provenía de una evidencia científica concluyente para la prevención de la enfermedad. Mientras que el distanciamiento social de "metro y medio", que cerró escuelas y pequeñas empresas en todo el país, fue una medida arbitraria tampoco basaba en la ciencia; para más sorna, el Dr. Fauci testificó que esta medida "simplemente apareció", sin más.

3-Sobre los confinamientos: los encierros domiciliarios prolongados causaron un "daño inconmensurable" no solo a la economía, sino también a la salud mental y física de los ciudadanos con un efecto particularmente negativo en las personas más jóvenes (y especialmente en niñas adolescentes).

4-Contrariamente a lo prometido, la vacuna del Covid-19 no detuvo la propagación ni la transmisión del virus y su aprobación respondió a un plazo arbitrario, a pesar de la advertencia científica de la probabilidad de eventos adversos. Fue una decisión política, no sanitaria, por lo que su obligatoriedad (y el pasaporte sanitario) no estaba respaldada por la ciencia, causando más daño que bien. No se informó adecuadamente sobre las lesiones que originaba y se deterioró la confianza pública en la seguridad de las vacunas. Obligar a ciudadanos sanos pisoteó las libertades individuales y no tuvo en cuenta la libertad médica. Además, la Administración no está siendo eficiente, justa ni transparente con las reclamaciones por las lesiones generadas.

5-Para poder sacar al mercado e implementar la inoculación de la vacuna experimental como único medio de control de la enfermedad, los funcionarios de salud pública participaron en un esfuerzo coordinado para ignorar la inmunidad natural, así como descalificaron otros fármacos eficaces ante la enfermedad.

6-Se ejerció la censura de la información no oficial relativa a la pandemia: los funcionarios de salud pública a menudo desinformaron a través de mensajes conflictivos, reacciones viscerales, demonizaciones (p.e., la fuga de laboratorio o las vacunas). A su vez, la Administración empleó métodos antidemocráticos y probablemente inconstitucionales, incluso presionó a las compañías de redes sociales para censurar contenidos.

7-Ha habido falta de eficacia y transparencia en el uso de fondos de los contribuyentes y de los programas de ayuda creados para abordar la pandemia de coronavirus, habiéndose cometido corrupción, estafas y abuso de forma generalizada.

8-La respuesta de la OMS a la pandemia de Covid-19 fue un "fracaso rotundo", y con su prospectivo y vinculante Tratado de Pandemias puede dañar la soberanía de un país como EE.UU.

El listado de hechos que hay que actualizar podría continuar, quien lo desee puede hincar el diente al informe. Para cerrar el texto de un tema que no debería prescribir, tres reflexiones:

Cabe preguntarse por qué en España a cinco años del año cero no se realiza una investigación y evaluación rigurosa y en profundidad de la gestión de la pandemia al estilo de la EE.UU. Muertes, pánico, recorte de derechos fundamentales, coerción médico-institucional, la situación colectiva de histeria, el miedo, la ansiedad o el qué dirán marcaron actitudes y comportamientos cuyas consecuencias aún hoy se pueden notar en cierta fractura social, en la economía, en el estado mental, en la salud de enfermos por Covid-19 y los vacunados contra Covid-19, en la desconfianza en las instituciones, etc. Más allá de la asunción de responsabilidades, la investigación servirá para corregir errores y marcar aciertos en caso de producirse alguna futura pandemia.

Segunda. Lo que eran bulos y fake news de muchos de aquellos etiquetados como negacionistas ahora está alineado con los hechos probados. En adelante, como ciudadanos deberíamos escuchar otras voces y otros ámbitos, aunque no concuerden con la narrativa del Estado, de los medios tradicionales, con los verificadores de información, con la mayoría de la sociedad ni con nuestra más arraigada ideología. Y hacerlo, siempre y en todo momento y para cualquier fuente, de manera crítica y distanciada, recordando que la urgencia del miedo es la peor consejera.

Pasadas más de dos semanas de la publicación de la investigación y sus resultados por parte del congreso de EE.UU., apenas hay repercusión en los medios de comunicación hegemónicos. Solo en algunos está descrita de pasada, ofreciendo apenas algún punto relevante pero inofensivo para la narrativa oficial. Únicamente medios externos al ecosistema tradicional han ofrecido la información de manera rigurosa y, afortunadamente, aquí también queda un registro. Esta es la tercera reflexión.

A partir de este punto, cada uno seguirá con sus cosas, pero como con el fotograma de El club de la lucha, ya no se podrá dejar de ver en adelante lo que no se ha visto.

Sergio Collado, periodista


Retractado el artículo que promovió la Hidroxicloroquina en COVID-19

 

El estudio dirigido por el microbiólogo francés Didier Raoult, que promovía el uso de la Hidroxicloroquina para tratar el COVID-19, ha sido finalmente retractado. El artículo, publicado en marzo de 2020 en la revista International Journal of Antimicrobial Agents, ha sido retirado el 17 de diciembre de 2024 debido a la falta de consentimiento informado de los pacientes y a otras presuntas fallas metodológicas. Da igual, es demasiado tarde.


El estudio sugirió que la combinación de Hidroxicloroquina y Azitromicina podía reducir la carga viral en pacientes con COVID-19, algo que posteriormente se demostró ineficaz y potencialmente peligroso para los pacientes. Pero es que, como todavía puede leerse, el estudio incluía 36 pacientes, 20 tratados con Hidroxicloroquina y 16 pacientes de control, y hubo un muerto en el grupo tratado, por ninguno en el control. Es decir, algo similar a lo que se vería después con la vacuna de Pfizer, que pese a producirse más muertos "por otras causas" en el grupo que la recibió, se aprobaría. Ciencia.

Ya en agosto de 2020 nos mostramos aquí excépticos con la Hidroxicloroquina, tras comprobar que alguno de los primeros pacientes fallecidos diagnosticados de COVID-19 llevaba tomándola años como tratamiento de la artritis, y eso no le había protegido. Decíamos: "Sí, es sólo un caso, pero ¿por qué pensar que lo que a él no le sirvió para prevenir la enfermedad iba a servirles a otros para tratarla?".

Empezaban a aflorar además ya entonces los casos de efectos adversos, que no eran pocos ni leves.

Pero en los tiempos de los comités de expertos "fantasmas" y del "algo hay que dar", la Hidroxicloroquina se aplicó a discreción, y ojo si no la conseguías. Luego vendrían los encierros, los tests, las PCRs, las vacunas, los pasaportes...

Con la perspectiva que da el paso del tiempo, todo aquello parece una larga película surrealista de terror de la que apenas queda una nebulosa en la memoria. Nuestro subconsciente tiende a olvidar los traumas como mecanismo de defensa para poder seguir en las otras luchas diarias.

Pero no fue un mal sueño, fue real. Nos robaron dos años de nuestras vidas en una guerra psicológica librada a través de los medios de desinformación, propaganda y manipulación. Dos años que nada ni nadie nos va a devolver. Dos años que no hay que olvidar, ni perdonar.