El caso del dietilestilbestrol, conocido como DES, es paradigmático en cuanto a ejemplo de efectos adversos de un medicamento a largo plazo. Se trata de un estrógeno sintético desarrollado en 1938 que se utilizó en mujeres embarazadas con niveles bajos de estrógenos, con el fin de elevarlos para evitar supuestamente complicaciones como el aborto espontáneo o el bajo peso del niño al nacer.
La descendencia de una parte de ellas, y la descendencia de su descendencia, está sufriendo hoy en día unos efectos adversos que comprometen gravemente su salud: son las conocidas como "las hijas del DES", mujeres nacidas entre 1938 y 1971 que estuvieron expuestas al dietilestilbestrol mientras estaban en el útero materno.
Las investigaciones han confirmado que las hijas del DES tienen un mayor riesgo de adenocarcinoma de células claras, un tipo poco común de cáncer de cuello uterino y de vagina. Un estudio publicado en 1971 en el New England Journal of Medicine vinculó su incremento de casos con el uso del DES, que fue retirado. Posteriores estudios lo han ratificado.
Tarde. Dado que el DES es un fármaco que altera el código genético, sus efectos pueden persistir hasta la tercera generación (nietas del DES), y se han detectado otros efectos secundarios también en descendientes varones, relativos entre otros a su salud reproductiva.
Así se publicitaba el DES en 1970...
Medio siglo después, dada la limitada experiencia de uso y la falta de estudios a medio y largo plazo, las fichas técnicas de las vacunas COVID advierten:
"Solo se debe considerar la administración durante el embarazo si los posibles beneficios superan los posibles riesgos para la madre y el feto".
Que no se nos olviden las lecciones que nos da la historia.
Fuentes: SOS Microbios, Martindale, napolilaw, dailymail, CIMA AEMPS
Juan, leches que te hagan Ministro de Sanidad!
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