En el 19º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19 se recoge que "existe una posibilidad razonable de que la aparición de vasculitis cutánea pueda estar relacionada con la administración de Vaxzevria".
Que un fármaco del que se busca que estimule la inmunidad genere, como efecto secundario, un descontrol inmunitario como es el depósito de inmunocomplejos en la pared de los pequeños vasos sanguíneos de la piel, no debería ser una sorpresa.
Lo que si resulta sorprendente, y muy ilustrativo, es un caso publicado de vasculitis cutánea en una mujer a la que le aparecieron manchas en la parte externa de ambas piernas al segundo día de recibir la 1ª dosis de vacuna Comirnaty, pese a lo cual se le administró una 2ª dosis 3 semanas después, con el resultado de que las lesiones se extendieron a la región dorsal de las piernas, los pies y los brazos...
Tras la administración oral de corticoides, el cuadro cutáneo remitió. No dice el artículo si la paciente recibió dosis posteriores.
Por otra parte, el último informe no los recoge, pero ya se han publicado también varios casos de miastenia gravis, otro nuevo efecto adverso neurológico descrito para las vacunas de ARN...
- New-onset myasthenia gravis after mRNA SARS-CoV-2 vaccination: a case series
- A Case of COVID-19 Vaccine Associated New Diagnosis Myasthenia Gravis
- COVID-19 Vaccination and Late-Onset Myasthenia Gravis: A New Case Report and Review of the Literature
- SARS-CoV-2 vaccination and new-onset myasthenia gravis: A report of 7 cases and review of the literature
Esta enfermedad, cuyos síntomas habituales son la debilidad muscular, la caída de párpados y la visión doble, se considera también un proceso autoinmune en el que se generan anticuerpos contra los receptores de la acetilcolina, el neurotransmisor que actúa en la unión neuromuscular.
Son unos efectos muy parecidos a los provocados por el curare, aquel veneno paralizante usado por indígenas del Amazonas en los dardos de sus cerbatanas, y que dio lugar al posterior desarrollo de los relajantes musculares usados hoy en la anestesia. Por suerte, se dispone de un viejo fármaco que antagoniza esos efectos, y que resulta útil en muchos casos de miastenia: la Piridostigmina.
Un buen ejemplo de medicamento clásico que sigue vigente.
Ostras, la mujer de un compañero montañero sufrió este espantoso ezcema al poco de ponerse la segunda dosis. Muy doloroso, y tardó meses en desaparecer.
ResponderEliminarEspero que se notificara el caso.
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