Miofascitis macrofágica y aluminio



Los pacientes con miofascitis macrofágica (MMF) presentan mialgias, artralgias, debilidad muscular, fatiga crónica, astenia, fiebre y disfunción cognitiva. Estos signos y síntomas suelen desarrollarse lentamente durante varios meses.

El caso de la MMF y su relación con el hidróxido de aluminio es muy ilustrativo de lo que cuesta establecer la toxicidad de las vacunas. Ante una consulta de 2004 sobre un caso de alergia al citado compuesto, la respuesta de la AEV (Asociación Española de Vacunología) fue que según la OMS "no existe evidencia de asociación entre la MMF y las vacunas conteniendo aluminio, y que la persistencia de macrófagos conteniendo aluminio en el lugar de la inyección vacunal no está asociada con síntomas clínicos específicos o con la enfermedad".

Diez años antes, en 1993, esta nueva patología había sido descubierta por el doctor francés Romain Gherardi, Jefe de Departamento de Patología Neuromuscular del Hospital Henri-Mondor de Créteil, París. La MMF presentaba desconcertantes similitudes con otros síndromes hasta entonces inexplicados como el síndrome de fatiga crónica y el síndrome de la Guerra del Golfo.

Romain Gherardi

Y en 1998, el equipo de Gherardi había identificado su causa: el hidróxido de aluminio contenido como adyuvante en las vacunas contra la hepatitis B, que habían empezado a inocularse masivamente en Francia en esa época. Claro que justo desde ese momento las revistas científicas empezaron a rechazar sus artículos, y vio recortada su financiación. Mentar la palabra "vacuna" cerraba puertas...

Pese a todo, él continuó con sus investigaciones y logró publicarlas, y hoy en día el portal sobre enfermedades raras y medicamentos huérfanos Orphanet define la miofascitis macrofágica como una enfermedad poco frecuente adquirida del músculo esquelético caracterizada por la infiltración del epimisio, el perimisio y el endomisio perifascicular por macrófagos con inclusiones cristalinas compuestas de sales de aluminio localizadas en el sitio de inyección de una vacuna.

Gherardi, ahora reconocido y premiado, ha plasmado recientemente su odisea en el libro "Toxic Story. Les dangers de l'aluminium dans les vaccins", publicado de momento sólo en francés... 

En él conecta la MMF con el síndrome ASIA descrito por Shoenfeld.


Síndrome ASIA en perspectiva

 

La revista de Inmunología Clínica y Experimental trae en su número de julio una revisión sobre el síndrome autoinmune/inflamatorio inducido por adyuvantes (ASIA).

El artículo resume los efectos de los adyuvantes informados en la literatura médica antes y después de que se definiera ASIA, las diversas formas en que ASIA puede manifestarse e impactar diferentes sistemas del cuerpo y la incidencia de ASIA durante y tras la pandemia de COVID-19. 

El síndrome ASIA fue presentado en 2011 por Shoenfeld y Agmon-Levin, pero los casos de pacientes con síntomas clínicos vagos e inespecíficos después de la vacunación habían aparecido ya desde los años 90, informándose de diversos trastornos autoinmunes tras diferentes vacunas. 

Así, se habían documentado casos de neuritis óptica y mielitis tras la vacuna antitetánica, y casos de vasculitis, artritis reactiva y síndrome de Guillain-Barré tras la de la gripe. Desde entonces y hasta hoy, la vacuna contra la hepatitis B es la más asociada con trastornos autoinmunes como eritema nodoso y poliartritis, trombocitopenia inmune, miastenia gravis, uveítis, artritis, lupus eritematoso sistémico (LES) y trastornos de desmielinización del SNC, entre otros.

La introducción de ASIA venía a definir, ordenar y unir la variedad de síntomas de autoinmunidad causados ​por los adyuvantes, sobre todo los de aluminio, buscando una mejor comprensión para un diagnóstico adecuado y un tratamiento temprano de unos trastornos que se asocian con casi todos los sistemas del cuerpo.

Según el artículo, la respuesta inmune innata y adaptativa que caracteriza al síndrome de ASIA engloba hoy un conjunto de 5 condiciones: 

  • Autoinmunidad inducida por la vacunación
  • Síndrome de miofascitis macrofágica
  • Síndrome del edificio enfermo
  • Síndrome de la Guerra del Golfo
  • Siliconosis (síndrome adyuvante por implante de prótesis mamarias)
Los casos más graves de ASIA se han asociado con la vacuna del virus del papiloma humano y la de la gripe estacional, los implantes de silicona y los rellenos de aceite mineral. 

En los últimos años también han proliferado los informes que describen síntomas similares a los de ASIA tras las vacunas COVID-19.


Autismo e Internet seguro

 


¿Internet es bueno o malo? Pues depende del uso que se le de, claro está. Es evidente que la llegada de Internet ha tenido un impacto radical en la sociedad:

  • En lo positivo, Internet facilita el acceso a la información y la educación en línea, permite la comunicación instantánea y el desarrollo profesional a distancia, y posibilita el auge del comercio electrónico.
  • En lo negativo, destacan los problemas de privacidad y seguridad, la desinformación y los problemas de adicción y dependencia, pues su abuso puede llevar a la desconexión social.

Todo esto cobra un especial relieve en las personas diagnosticadas de un trastorno del espectro autista (TEA), que experimentan el mundo de una forma diferente al resto.

Si los riesgos mencionados pueden agravarse en las personas con este problema, no es menos cierto que también las experiencias online pueden resultarles beneficiosas, tanto a ellas como a sus familias.

En este sentido, Internet y la tecnología pueden considerarse como herramientas terapéuticas, que al igual que las farmacológicas pueden proporcionar unos beneficios, pero con riesgos asociados.

En este enlace: Guía útil de seguridad en línea para personas con autismo, se proporciona una muy buena información sobre esos beneficios y riesgos del mundo digital con el que estos niños muestran una afinidad tan natural.

Ojalá las guías sobre las terapias farmacológicas y las páginas de las asociaciones de pacientes y sociedades científicas tuvieran el enfoque de esta guía en cuanto a transparencia y objetividad, sin sesgos comerciales, con un nítido interés en el uso terapéutico y educativo, y a la vez seguro, de los recursos de la red.

En el campo de la comunicación en salud queda mucho por aprender y mejorar, pues prácticamente la industria farmacéutica la monopoliza a su favor.