¿Vacuna contra el VIH?

 

En un artículo de la revista Inmunología de marzo de 2014 puede leerse:

"El potencial terapéutico de las células NK es objeto de estudio principalmente en el tratamiento del cáncer. Sin embargo, debido a los hallazgos en el campo de la resistencia a la infección por VIH-1 y a la progresión a SIDA, cada vez se resalta la importancia de estudiar estas células como blanco potencial en el desarrollo de vacunas o inmunoterapia. 

En este sentido, se ha postulado, basado en hallazgos de reducción exitosa de procesos tumorales, que en los pacientes infectados por VIH-1 podría ser efectiva la administración de anticuerpos dirigidos contra el VIH-1 que tengan una región Fc con capacidad de potenciar la respuesta de ADCC mediada por las células NK54. Incluso se ha pensado que esta intervención podría ser evaluada en el desarrollo de vacunas preventivas". 

¿Podría el caso de la "paciente de Barcelona" que ha vencido al VIH sin tratamiento antirretroviral gracias a las células NK ser el pre-marketing de la salida al mercado de una vacuna contra el VIH...?

La respuesta, en próximos telediarios.


Sobre la vacuna de la viruela del mono



No existe ninguna nueva vacuna contra la viruela del mono. La vacuna con la que nos están bombardeando los medios de desinformación no es nueva, sino que es la vacuna contra la viruela humana autorizada en Europa por la EMA desde 2013 con el nombre comercial de IMVANEX, como puede verse en la página de la AEMPS.

Esta misma vacuna se autorizó en USA por la FDA en 2019 con el nombre comercial de JINNEOS para la prevención de la viruela humana y la viruela del mono, ya que se afirma que previene el 85% de los casos de viruela del mono. 

Es decir, ambas son la misma vacuna de virus atenuado producida en embrión de pollo de la farmacéutica danesa Bavarian Nordic, pero con diferente marca según el lugar y las indicaciones autorizadas: Jynneos en USA para la viruela humana y la del mono, e Imvanex en la Unión Europea sólo para la humana. Diferencias meramente administrativas. Ambas contienen Trometamol.

Según documento aprobado por la Comisión de Salud Pública, pese a que Imvanex estaba autorizada en Europa, realmente no estaba disponible, mientras que en USA la Jynneos sí, por lo que la Unión Europea acordó la compra de alrededor de 110.000 dosis de la vacuna con la marca estadounidense, y ha autorizado su uso para prevenir la viruela del mono. Por cierto, en ese documento se afirma que "no se han realizado estudios de eficacia en humanos con la vacuna Imvanex".

En España los mayores de 50 años estamos prácticamente todos vacunados y protegidos frente a la viruela, y los menores de 40 años prácticamente ninguno, puesto que la enfermedad se dio por erradicada. Claro que en varios laboratorios de virología civiles y militares se ha seguido "jugando" con el virus de la viruela hasta nuestros días.


Antirretrovirales retirados por su elevada toxicidad

 

GESIDA es el grupo de estudio del SIDA de la SEIMC (Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica), y edita el documento de consenso conocido como Guía GESIDA, en el que se recogen sus últimas recomendaciones para el tratamiento de la infección por VIH. 

Entre los patrocinadores de GESIDA hay varios laboratorios farmacéuticos como Gilead, JanssenViiV... que comercializan antirretrovirales de uso actual, como Emtricitabina, Tenofovir, Abacavir, Lamivudina, Elvitegravir, Bictegravir, Dolutegravir, Rilpivirina, Cobicistat...

Sin embargo, esos fármacos actuales poco tienen que ver con los antirretrovirales iniciales:

El primer antirretroviral autorizado fue Zidovudina (AZT, Retrovir®, Glaxo-Wellcome) en 1987, al que siguió en 1989 la Didanosina (ddI, Videx®, Bristol). En 1992 apareció la Zalcitabina (ddC, Hivid®, Roche). Tomados solos o por parejas, acabaron fracasando debido a su toxicidad y a que el VIH desarrollaba resistencia frente a ellos.

En 1995 Glaxo registra la exitosa Lamivudina (3TC, Epivir®), que hoy perdura. También en 1995 llegó el primer inhibidor de la proteasa (IP) de la historia, el Saquinavir, (Invirase®, Roche) luego reformulado como Fortovase®. Justo después salía al mercado otro IP, el Indinavir (Crixivan®, MSD), que acabó desplazando a los IP de Roche. El Ritonavir (Norvir®, Abbott) fue un IP que se usaba para potenciar a otros como en el exitoso Kaletra® (Lopinavir+Ritonavir), que llegó a usarse como monoterapia y hoy casi en desuso por sus múltiples interacciones y efectos adversos, pero que inexplicablemente se utilizó en las primeras etapas del COVID-19 porque "algo había que dar".

En 1998, en los inicios de la era TARGA (sigla de terapia antirretroviral de gran actividad), Roche lanzó otro IP, Nelfinavir (Viracept®), que acabó relegado por producir diarrea. También a finales de la década de los 90 empezó a aparecer la lipodistrofia asociada a los IP, los antirretrovirales más en boga...

Ni Estavudina, ni DidanosinaAmprenavirIndinavir..., que en los inicios eran los fármacos estrella, se incluyen hoy en día en ningún régimen de tratamiento anti-VIH. De aquellos fármacos de la primera década prácticamente solo perdura la Lamivudina, pues casi todos los demás fueron retirados bien por su toxicidad, bien por la generación de resistencias, y el muy tóxico AZT ha quedado relegado a la profilaxis de la transmisión materno-fetal. 

Ante esta realidad, y con la perspectiva del tiempo transcurrido, cabe preguntarse: ¿Les aportaron aquellos fármacos más beneficio que daño a los pacientes que en su día los tomaron...?


Farmacia, Nutrición y Filosofía

 


En los tiempos pre-Bolonia, el acabar la carrera de Farmacia nos otorgaba de facto el título de licenciado en Farmacia y Nutrición, gracias a que asignaturas como la propia Nutrición y Dietética, Fisiología, Bromatología o Bioquímica, formaban parte del plan de estudios.

Estudiábamos las bondades de los medicamentos y alimentos, pero también los problemas que podían presentar, como la iatrogenia, las intoxicaciones o las intolerancias alimenticias por déficits enzimáticos y otros problemas genéticos. Según Peter Gøtzsche, la tercera causa de muerte son los medicamentos. No cabe duda de que los problemas nutricionales pueden estar también detrás de muchas patologías.

La industria farmacéutica busca vender medicamentos, y puede en gran medida condicionar el abordaje terapéutico por parte de los sanitarios, enfocándolo a paliar los síntomas, sin buscar las causas. Resulta notorio que con ese enfoque estamos asistiendo a un fracaso terapéutico indisimulable en muchas enfermedades modernas: Alzheimer, autismo, enfermedad inflamatoria intestinal...

¿Qué podemos hacer...?

El filósofo austriaco Feyerabend defendía en su "Tratado contra el Método" el principio del "todo vale", según el cual existen circunstancias en las que el avance del conocimiento que involucra un cambio de paradigma sólo puede alcanzarse ignorando las rígidas restricciones del método científico. 

En esa filosofía encaja el escuchar a los pacientes y a sus familiares, pues pese a que en muchos casos carezcan de nociones teóricas, tienen la experiencia de la enfermedad de primera mano. He aquí algunas expresiones que me han llamado la atención:

  • "Tengo la sensación de que mi esclerosis múltiple me la generó una vacuna antitetánica"
  • "La diabetes me salió cuando me operaron la rodilla"
  • "Mi hija estaba sana hasta que la vacunaron de la hepatitis B"
  • "Creo que los síntomas autistas de mi hijo están relacionados con sus intolerancias alimentarias, como la del gluten".

Las intuiciones inconformistas de pacientes y familiares bien podrían ser puertas hacia posibles nuevas interpretaciones médicas. En la lucha contra la enfermedad, toda pista puede valer.


Vacunas COVID y trastornos de la menstruación

 

Como ya tratamos aquí, el 13º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19 del 23 de febrero de 2022 citaba el riesgo de aparición de trastornos menstruales secundarios a la vacunación, pero según la AEMPS los datos disponibles hasta ese momento no apoyaban la hipótesis de una posible relación causal de estos trastornos con las vacunas frente a la COVID-19 autorizadas. 

No obstante, se habían dado a conocer recientemente los resultados de dos estudios que sugerían un aumento en la frecuencia de estos trastornos tras la vacunación, con cambios leves y transitorios en los ciclos menstruales, por lo que se había iniciado una nueva evaluación de la posible relación entre los trastornos menstruales y las vacunas Comirnaty y Spikevax para valorar y poner en contexto toda la información disponible.

Ahora, un estudio norteamericano publicado en Science Advances, el más grande hasta la fecha con una muestra de 39.000 personas, ha encontrado que casi la mitad de las participantes que estaban menstruando regularmente en el momento de la encuesta informaron un sangrado más intenso durante sus períodos después de recibir la vacuna contra el COVID-19. Otras personas que normalmente no menstrúan como las mujeres posmenopáusicas, las que toman anticonceptivos de acción prolongada e incluso los hombres transgénero, también experimentaron un sangrado inusual. Los hallazgos se alinean con otros estudios publicados más pequeños.

Según informa The New York Times, las personas encuestadas, de entre 18 y 80 años, habían sido vacunadas por completo con los productos de Pfizer-BioNTech, Moderna o Johnson & Johnson, y no habían contraído COVID-19 previamente.

Se trata de un serio toque de atención, puesto que aunque los cambios en el ciclo menstrual o el perfil de sangrado son generalmente procesos de carácter leve, pueden ser también señales de problemas endocrinos más graves, así como reproductivos.

Lo sorprendente es que una reacción que parece afectar nada menos que a casi la mitad de las mujeres vacunadas esté tardando tanto en oficializarse. ¿Está funcionando realmente la Farmacovigilancia...?


Alzheimer, Aluminio y Sílice (I)

 

La sílice (dióxido de silicio, SiO2) se encuentra comúnmente en la naturaleza y suele ser el componente principal de la arena. ¿Y si pudiera curar el Alzheimer...?

Puede sonar raro, pero también resulta llamativo que en esta publicidad de implantes de titanio se mencione que evitan los peligros del aluminio, como la enfermedad de Alzheimer...


Y es que en Toxicología se viene sospechando en las últimas décadas la existencia de una posible conexión entre la exposición humana al aluminio y la enfermedad de Alzheimer. El aluminio ahora debe considerarse un factor etiológico primario en la enfermedad de Alzheimer, reza un artículo publicado en 2017 en la revista Journal of Alzheimer's Disease Reports, ilustrando bien esa línea de investigación.

En términos prácticos, en el laboratorio de la Universidad de Keele se ha realizado un curioso experimento y publicado sus resultados: Agua mineral rica en silicio como prueba no invasiva de la 'hipótesis del aluminio' en la enfermedad de Alzheimer:

"Aquí estamos probando la hipótesis de que las aguas minerales ricas en silicio se pueden utilizar como métodos no invasivos para reducir la carga corporal de aluminio en personas con enfermedad de Alzheimer y un grupo de control formado por sus cuidadores y parejas. 

Hemos demostrado que beber hasta 1 litro de agua mineral rica en silicio cada día durante 12 semanas facilitó la eliminación de aluminio a través de la orina tanto en pacientes como en grupos de control sin ningún efecto concomitante sobre la excreción urinaria de los metales esenciales, hierro y cobre. 

Hemos proporcionado evidencia preliminar de que durante 12 semanas de terapia con agua mineral rica en silicio, la carga corporal de aluminio disminuyó en personas con enfermedad de Alzheimer y, al mismo tiempo, el rendimiento cognitivo mostró mejoras clínicamente relevantes en al menos 3 de 15 personas. 

Este es un primer paso en una prueba rigurosa muy necesaria de la 'hipótesis del aluminio en la enfermedad de Alzheimer' y ahora se justifica un estudio a más largo plazo que involucre a muchas más personas".

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Si la acumulación de aluminio en el cerebro tuviera relación con el desarrollo del Alzheimer, habría 2 posibles estrategias: disminuir su entrada y/o aumentar su eliminación. En esta 1ª parte hemos visto esta última estrategia con el experimento del agua rica en silicio, que quizá no sea tan fácil de conseguir como los complementos de sílice, de uso habitual por los naturistas. Un remedio sencillo, barato e inocuo para detoxificar el cuerpo de aluminio que dan ganas de probar...

Otra forma sencilla de eliminar aluminio del cerebro es la ingesta de cerveza, que aporta ácido silícico, la forma más biodisponible de sílice, que pasa del intestino a la sangre y luego al cerebro, donde por su afinidad por el aluminio lo extraerá y permitirá su eliminación posterior a través de la orina. La de mayor contenido es la cerveza rubia clásica, y lamentablemente la de menor es la sin alcohol. Así que con moderación...

En la próxima 2ª parte iremos al fondo del asunto, puesto que para que el aluminio pudiera causar daño, primero debería acceder al cerebro, y hay varias posibles vías de entrada, algunas no muy obvias.


Kary Mullis y el futuro de la lucha contra las infecciones

 

Así es como el genio clarividente de Kary Mullis veía el futuro de la antibioticoterapia:


Más sobre el epítopo α-gal aquí.


David Baltimore y el debate sobre el origen del SARS-CoV-2

 

David Baltimore descubrió la enzima transcriptasa inversa, que polimeriza ADN a partir de una plantilla de ARN, y con ella una clase distinta de virus, más tarde llamados retrovirus. Ganó el Nobel en 1975 con 37 años. 

Por esas casualidades del destino, poco después, en 1981, se documentarían los primeros casos de SIDA, que en 1984 se asociarían a un retrovirus nuevo: el VIH...

Pues bien, Baltimore ha puesto sobre la mesa el posible origen sintético de un secuencia del genoma del SARS-CoV-2, declarando en una entrevista realizada y publicada por el Instituto de Tecnología de California:

"Dentro del genoma del SARS-CoV-2 hay una inserción de 12 nucleótidos que es completamente extraña a la clase de virus beta-coronavirus en la que se encuentra el SARS-CoV-2. Hay muchos otros virus en esta clase, y ninguno tiene esta secuencia. La secuencia se denomina sitio de escisión de furina.

Hay otros virus que tienen sitios de escisión de furina, otros coronavirus, aunque no la familia de los beta-coronavirus. Así que los nucleótidos de esta secuencia podrían haber saltado de algún otro virus. Nadie ha identificado un virus que tenga exactamente esta secuencia, pero podría haber venido de algo cercano y luego evolucionado a la secuencia que vemos hoy.

Estoy perfectamente dispuesto a creer que eso sucedió, pero no creo que sea la única forma en que esa secuencia podría haber aparecido. La otra forma es que alguien podría haberlo puesto ahí. No se puede distinguir entre los dos orígenes con solo mirar la secuencia

Cuando vi por primera vez la secuencia del sitio de escisión de furina, como dije, otros coronavirus beta no tienen ese sitio, me pareció una hipótesis razonable que alguien lo había puesto allí. Ahora, no sé si eso es cierto o no, pero sí sé que es una hipótesis que debe tomarse en serio".

Le pregunta el entrevistador: ¿Por qué es importante saber dónde se originó el virus?

"Bueno, creo que queremos saber la vía de generación de nuevos virus altamente infecciosos que podrían causar pandemias porque queremos protegernos de que esto vuelva a suceder. Si sucedió por medios naturales, significa que tenemos que aumentar nuestra vigilancia del entorno natural. Tenemos que tratar de encontrar los anfitriones que proporcionen la capacidad para que el virus cambie su secuencia, para volverse más infeccioso. Esto significaría que debemos mantener la vigilancia en los mercados, en los zoológicos, en los lugares donde los virus pueden saltar de una especie a otra...

Pero si el SARS-CoV-2 surgió por medios artificiales, significa que tenemos que poner mejores defensas alrededor de los laboratorios. No estoy sugiriendo que se divulgó deliberadamente si provino de un laboratorio, pero debemos darnos cuenta de que cualquier cosa que haga un laboratorio puede salir del laboratorio y crear estragos". 

Palabra de David Baltimore...

Claro que el Caltech, el Instituto de Tecnología de California, es la universidad de David Baltimore, así que estamos ante una especie de "autoentrevista", y Baltimore es uno de los grandes popes del sistema biotecnológico vigente, así que...

¿No estará Baltimore poniéndonos un disimulado capote, aparentemente crítico, para que asumamos sin darnos cuenta la versión oficial coronavírica, cuando el SARS-CoV-2 podría no ser más que el Macguffin de esta distopía de ciencia ficción con chinos titulada COVID-19...?

Yo a estas alturas no me fío de nadie, y menos de un nobel norteamericano. 


El negacionismo de Miguel Servet

 

Estatua de Miguel Servet en Villanueva de Sijena, Huesca

El sabio de Villanueva de Sijena (Huesca) es el prototipo de negacionista: negó tanto la Santísima Trinidad como el modelo circulatorio sanguíneo vigente desde Galeno. Ahí es nada.

Hijo de un noble infanzón aragonés descendiente de la aldea sobrarbense de Serveto, Miguel Servet no distinguía entre biología, medicina o teología, pues para él todas las disciplinas formaban parte del divino Saber. Por eso incluyó su descubrimiento de la circulación menor de la sangre en Christianismi Restitutio, un libro eminentemente teológico, pues para él la sangre era donde residía el alma.

Como buen negacionista, fue represaliado, y condenado nada menos que a morir en la hoguera. Y quien le condenó no fue la Inquisición, de la que escapó, sino un grupo de los que pretendían haber traído la Reforma al cristianismo: los calvinistas suizos encabezados por el mismísimo Calvino, con los que Servet había confraternizado.

El valor relativo de la Justicia queda aquí patente: el mismo hecho que supuso la condena de muerte para Servet en el siglo XVI es considerado un pensamiento aceptable y nada punible en el siglo XXI. Algo ha cambiado...

Claro que otras ideas y teorías científicas son ahora perseguidas por la misma razón por la que lo fueron las de Servet: no estar de acuerdo con el pensamiento dominante. La censura sigue más viva que nunca.

Pero la Ciencia sin discusión, sin debate, sin crítica, no es Ciencia, es dogma, fanatismo y dictadura. 

Hoy, en este mundo global, Miguel Servet y el libre pensamiento siguen padeciendo.