David Baltimore descubrió la enzima transcriptasa inversa, que polimeriza ADN a partir de una plantilla de ARN, y con ella una clase distinta de virus, más tarde llamados retrovirus. Ganó el Nobel en 1975 con 37 años.
Por esas casualidades del destino, poco después, en 1981, se documentarían los primeros casos de SIDA, que en 1984 se asociarían a un retrovirus nuevo: el VIH...
Pues bien, Baltimore ha puesto sobre la mesa el posible origen sintético de un secuencia del genoma del SARS-CoV-2, declarando en una entrevista realizada y publicada por el Instituto de Tecnología de California:
"Dentro del genoma del SARS-CoV-2 hay una inserción de 12 nucleótidos que es completamente extraña a la clase de virus beta-coronavirus en la que se encuentra el SARS-CoV-2. Hay muchos otros virus en esta clase, y ninguno tiene esta secuencia. La secuencia se denomina sitio de escisión de furina.
Hay otros virus que tienen sitios de escisión de furina, otros coronavirus, aunque no la familia de los beta-coronavirus. Así que los nucleótidos de esta secuencia podrían haber saltado de algún otro virus. Nadie ha identificado un virus que tenga exactamente esta secuencia, pero podría haber venido de algo cercano y luego evolucionado a la secuencia que vemos hoy.
Estoy perfectamente dispuesto a creer que eso sucedió, pero no creo que sea la única forma en que esa secuencia podría haber aparecido. La otra forma es que alguien podría haberlo puesto ahí. No se puede distinguir entre los dos orígenes con solo mirar la secuencia.
Cuando vi por primera vez la secuencia del sitio de escisión de furina, como dije, otros coronavirus beta no tienen ese sitio, me pareció una hipótesis razonable que alguien lo había puesto allí. Ahora, no sé si eso es cierto o no, pero sí sé que es una hipótesis que debe tomarse en serio".
Le pregunta el entrevistador: ¿Por qué es importante saber dónde se originó el virus?
"Bueno, creo que queremos saber la vía de generación de nuevos virus altamente infecciosos que podrían causar pandemias porque queremos protegernos de que esto vuelva a suceder. Si sucedió por medios naturales, significa que tenemos que aumentar nuestra vigilancia del entorno natural. Tenemos que tratar de encontrar los anfitriones que proporcionen la capacidad para que el virus cambie su secuencia, para volverse más infeccioso. Esto significaría que debemos mantener la vigilancia en los mercados, en los zoológicos, en los lugares donde los virus pueden saltar de una especie a otra...
Pero si el SARS-CoV-2 surgió por medios artificiales, significa que tenemos que poner mejores defensas alrededor de los laboratorios. No estoy sugiriendo que se divulgó deliberadamente si provino de un laboratorio, pero debemos darnos cuenta de que cualquier cosa que haga un laboratorio puede salir del laboratorio y crear estragos".
Palabra de David Baltimore...
Claro que el Caltech, el Instituto de Tecnología de California, es la universidad de David Baltimore, así que estamos ante una especie de "autoentrevista", y Baltimore es uno de los grandes popes del sistema biotecnológico vigente, así que...
¿No estará Baltimore poniéndonos un disimulado capote, aparentemente crítico, para que asumamos sin darnos cuenta la versión oficial coronavírica, cuando el SARS-CoV-2 podría no ser más que el Macguffin de esta distopía de ciencia ficción con chinos titulada COVID-19...?
Yo a estas alturas no me fío de nadie, y menos de un nobel norteamericano.
Creo que estás bien posicionado y orientado.
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