Las primeras vacunas de adenovirus ya son historia: la primera en caer fue la de AstraZeneca y ahora le toca el turno a la de Janssen.
Es de suponer que la misma suerte seguirán las de plataforma de ARNm, ya que la OMS en su declaración de 18 de mayo reconoce entre otras cosas que:
- "El virus SARS-CoV-2 ancestral y otras variantes tempranas como la Alfa, Beta, Gamma y Delta, ya no se detectan en humanos".
- "Existe una alta seroprevalencia en la población mundial como resultado de la vacunación y/o infección, y los perfiles inmunológicos contra el SARS-CoV-2 son muy heterogéneos (es decir, los individuos han sido infectados con diferentes variantes y/o vacunados utilizando una variedad de plataformas de vacunas)".
- "Existe evidencia in vitro de que puede estar ocurriendo impronta inmune, que es un fenómeno en el que las respuestas de memoria de las células B hacia un antígeno encontrado previamente reducen la respuesta a nuevos antígenos".
Este fenómeno ahora reconocido, y conocido también como pecado antigénico original, ya fue anticipado por expertos como el Dr. Kenji Yamamoto y antes por el Dr James Lyons-Weiler, cuyas advertencias fueron ignoradas.
Y frente a la reconocida caída de eficacia, está la aparición de diversos efectos adversos. Así, los fenómenos autoinmunes de nueva aparición tras la vacunación COVID-19 como la trombocitopenia trombótica inmune, las enfermedades hepáticas autoinmunes, el síndrome de Guillain-Barré, la nefropatía por IgA, la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico, afectan a ambas clases de vacunas, como mostraba esta tabla publicada en diciembre de 2021 en la revista Immunology:
Mimetismo molecular, la producción de autoanticuerpos particulares y el papel de ciertos adyuvantes de vacunas parecen contribuir sustancialmente a los fenómenos autoinmunes:
- "Los adyuvantes podrían generar inmunogenicidad de la vacuna al activar el inflamasoma que contiene el dominio de pirina NLR 3 (NLRP3). El inflamasoma NLRP3 desempeña un papel vital en el sistema inmunitario innato y adaptativo, así como su contribución a varias enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome de Sjögren, la esclerosis sistémica y la espondilitis anquilosante".
- "Las nanopartículas lipídicas (LNP) que contienen las vacunas de plataforma ARNm como vehículo transportador para proteger el ARNm de la degradación y ayudar al suministro intracelular y al escape endosomal, están compuestas por una mezcla de fosfolípidos, colesterol, lípidos PEGilados y lípidos catiónicos o ionizables. Las reacciones mediadas por IgE relacionadas con los PEG, un culpable identificado, pueden estar involucradas en las reacciones anafilácticas posteriores a la vacunación contra el COVID-19".
- "Otros excipientes además del PEG, como un tampón/inhibidor de la oxidación (histidina) y un tensioactivo no iónico (polisorbato 80) contenidos en la vacuna AstraZeneca basada en adenovirus, también podrían desempeñar un papel potencial en la anafilaxia o reacciones graves de hipersensibilidad después de la vacunación".
Como bien decía el artículo, "los programas de vacunación se implementaron a nivel mundial, pero la mayoría de estas vacunas habían sido aprobadas sin estudios extensos sobre sus efectos secundarios y eficacia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario