El mito de los errores del sistema inmune

 

El sistema inmune funciona a través de procesos de regulación y retroalimentación que llevan a identificar y neutralizar a agentes patógenos y otras sustancias extrañas peligrosas para el cuerpo. 

En ocasiones el sistema inmunológico aparenta desequilibrarse y se muestra hiperactivo o subactivo, lo que puede resultar en enfermedades autoinmunitarias o infecciones crónicas, respectivamente:

    1. Hiperactividad del sistema inmune: las enfermedades autoinmunes

En las enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide, el sistema inmunológico parece funcionar de manera inapropiada al atacar a las células y tejidos propios del cuerpo. Suele afirmarse que el sistema inmune se está equivocando y que esas enfermedades son consecuencia de su error. ¿Estamos ante una afirmación científica o ante un mito...?

En mi opinión, esa afirmación tan común supone una antropomorfización del sistema inmune, al atribuirle la capacidad de tomar decisiones o juicios conscientes, cuando en realidad no deja de ser un sistema biológico que, aunque altamente complejo, no puede equivocarse porque simplemente no piensa.

Por otra parte, tanto las células infectadas por virus como aquellas que se han vuelto anormales como las células cancerosas son también células propias del cuerpo, y las células del sistema inmune como las natural killer (NK) y los linfocitos T y B pueden reconocerlas y eliminarlas. Por tanto, el hecho de atacar al propio cuerpo no puede considerarse en sí un mal funcionamiento del sistema inmune, puesto que es parte de su "modus operandi".

Si no hay error ni disfunción, la lógica nos lleva a que los desequilibrios observados en las enfermedades autoinmunitarias podrían tener su causa en agentes externos, y estar asociados por ejemplo con infecciones virales previas o crónicas, algo que se ha demostrado ya para muchas de ellas:

  • El virus de la hepatitis C y casos de hepatitis autoinmunitaria y síndrome de Sjögren.
  • El virus Epstein-Barr (EBV) y casos de lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple y enfermedad de Graves.
  • La bacteria Porphyromonas gingivalis y casos de atritis reumatoide.
  • Enterovirus y casos de diabetes tipo I.
  • ...
Evidentemente no todas las personas que están expuestas a estos virus desarrollan enfermedades autoinmunitarias, y debe haber otros factores involucrados en su desarrollo. Hemos tratado ya aquí la hipótesis de la posible implicación de los adyuvantes vacunales, campo en el que como con todos los medicamentos nos movemos siempre en el filo del balance beneficio-riesgo. 

Otra interesante hipótesis que veremos en una próxima entrada del blog es la de la higiene, que propone que la exposición a gérmenes en la infancia ayuda al desarrollo del sistema inmunitario, ayuda que en la sociedad industrial se está perdiendo desde hace años.

    2. Subactividad del sistema inmune: el SIDA

En otras situaciones, como el SIDA, el sistema inmunológico se ve comprometido y se vuelve incapaz de luchar contra las infecciones de manera efectiva. 

Luc Montagnier descubrió el virus VIH, pero también que la mayoría de pacientes infectados con él no desarrollaban el sídrome de inmunodeficiencia, lo que le llevó a postular la necesaria implicación de otros "cofactores" necesarios para llegar al SIDA, factores externos como la exposición a toxinas.

Hoy nadie duda de que para mantener un sistema inmunológico fuerte y equilibrado lo mejor es llevar un estilo de vida saludable.

El desequilibrio inmunitario puede ser un factor subyacente en muchas otras enfermedades, y aparte de por tóxicos y otros factores ambientales, también puede verse afectado por el estrés, la dieta o la falta de ejercicio. Errores nuestros, no del sistema inmune.


3 comentarios:

  1. Muy bien explicado.
    Lola

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  2. Me encanta como explicas que el sistema inmunológico no se puede equivocar porque no piensa. Muchas gracias por seguir transmitiendo información tan interesante. Un saludo

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