El número de noviembre de 2022 de la revista Cells trae un estudio con un evidente conflicto de intereses comerciales, pero que expone una realidad científica: para evaluar el estado de inmunización de un individuo sería mucho más adecuado medir sus células B de memoria en lugar de los niveles de anticuerpos:
"El objetivo del monitoreo inmunológico es definir la existencia, magnitud y calidad de los mecanismos inmunitarios operativos en un huésped. En los ensayos clínicos y la práctica médica, la evaluación de la inmunidad humoral se limita comúnmente a mediciones de la reactividad de anticuerpos séricos sin tener en cuenta el potencial de células B de memoria. Sin embargo, se debe distinguir la inmunidad pasiva transmitida por anticuerpos preexistentes de la memoria activa de células B. En este estudio se probó si, en individuos humanos sanos, los títulos de anticuerpos contra antígenos del SARS-CoV-2, la gripe estacional o el virus de Epstein-Barr correlacionaban con la frecuencia de células B de memoria recirculantes reactivas con los respectivos antígenos. Se encontraron correlaciones débiles. Los datos sugieren que la evaluación de la inmunidad humoral mediante la medición de niveles de anticuerpos no refleja la frecuencia de células B de memoria y, por lo tanto, el potencial de un individuo para participar en una respuesta de anticuerpos anamnésicos contra el mismo virus o uno relacionado antigénicamente. El monitoreo directo del compartimento de células B de memoria reactivas al antígeno es necesario y factible para lograr ese objetivo".
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