Vacunas COVID: En busca de nuevas variantes


La industria de las vacunas COVID parece que quiere asentarse, como en el caso de las de la gripe, en intentar anticiparse en otoño a las cepas que presuntamente serán las más prevalentes en la época invernal. Es lo que se desprende de la lectura de la web del Comité de Vacunas de la AEP.


Recordemos que la OMS ha ido decidiendo, con más o menos acierto según los años, la composición de las nuevas vacunas antigripales a nivel mundial.

Parece darse por hecho, por tanto, que habrá nueva pandemia covidiana invernal. Eso a pesar de que la propia OMS ha reconocido en mayo de este año que la "cepa de Wuhan", la presunta variante ancestral del SARS-CoV-2, ya no circula en la población, y que la mayoría de la población tiene anticuerpos contra alguna de las variantes, bien por infección o por vacunación. 

¿No podría pasar con el COVID en 2023 lo ocurrido con la gripe en 2021, que de modo inesperado faltó a su cita anual...? 

La OMS no lo cree, y por eso recomienda que a partir de ahora la vacunación COVID se lleve a cabo con vacunas monovalentes que contengan la proteína S de la espícula del linaje XBB.1 de ómicron, sublinajes XBB.1.5 y XBB. 1.16, que son las que predominan hoy y "presumiblemente" darán lugar a las futuras variantes que circularán a corto y medio plazo en todo el mundo...

La razón está en que las vacunas de refuerzo usadas hasta ahora eran bivalentes (contienen la proteína S de la cepa ancestral y la de alguna de las variantes ómicron), y han mostrado una efectividad bajísima frente a esas variantes.

La explicación está en que "las vacunas bivalentes penalizan la respuesta inmune de anticuerpos neutralizantes frente a la proteína S de la variante ómicron incluida en la vacuna. Este hecho se debe a la “imprimación” del sistema inmune (“pecado original antigénico”) causado por la proteína S de la cepa Wuhan":

"Cuando un individuo que ha sido vacunado con una de las vacunas monovalentes de la cepa ancestral (o ha padecido la infección por esta cepa), recibe más tarde un refuerzo con una de las vacunas bivalentes (cepa ancestral más variante ómicron), la respuesta de anticuerpos neutralizantes va dirigida, en gran medida, frente a la proteína S de la cepa ancestral, en detrimento de los anticuerpos específicos frente a la variante ómicron incluida en la vacuna".

Explicado de forma coloquial, el sistema inmune, como ya tiene en reserva unos anticuerpos para lo que se le presenta, "tira de memoria" y "pasa" de generar otros anticuerpos diferentes. Las vacunas bivalentes, tan alabadas no hace tanto, no funcionan porque ignoran el principio de economía del sistema inmune. Inmunología básica.

La web lo explica más técnicamente: 

"Este fenómeno de imprimación inmune se produce porque tras el primer contacto (infección o vacunación) con la cepa ancestral, se generan, en los centros germinales de los ganglios linfáticos, células B de memoria específicas frente a epítopos de la proteína S de esta cepa. Cuando el individuo es posteriormente vacunado con una de las vacunas bivalentes (cepa ancestral más la variante ómicron), estas células B de memoria son estimuladas rápidamente, antes de que haya tiempo para que se formen “de novo” células B específicas frente a la proteína S de la variante ómicron. Se produce así una respuesta intensa (de memoria) de anticuerpos neutralizantes frente a la proteína S de la cepa ancestral, y de mucha menor magnitud frente a la proteína S de la variante. Cuanto mayor es la distancia antigénica entre la cepa ancestral y la cepa ómicron incluida en la vacuna, menor es el título de anticuerpos frente a esta última".

Este "pecado antigénico original" ya fue anticipado por expertos como el Dr. Kenji Yamamoto... 

y mucho antes por el Dr James Lyons-Weiler...

Pero sus advertencias fueron ignoradas. El tiempo les ha dado la razón. 

Por otra parte, en la web se afirma que "las vacunas actuales no son capaces de proteger suficientemente frente a cualquier forma de infección ni impiden la transmisión, objetivo que parece reservado a posibles nuevas vacunas intranasales si fueran capaces de inducir inmunidad local nasofaríngea"

Es decir, que las vacunas actuales se centran en producir anticuerpos sanguíneos (IgG) en lugar de en las mucosas (IgA), que es donde serían más efectivos, como también avisó el Dr Sucharit Bhakdi.

Curiosamente, una vacuna intranasal es la que está investigando el Dr Enjuanes del CSIC con los laboratorios Biofabri. En cuanto a la otra vacuna española, la intramuscular de Hipra, al no estar actualizada a las nuevas variantes no cumpliría con los nuevos requerimientos de la OMS, que por otra parte no sabemos si acertará en sus previsiones. 

Lo bueno es que con estas nuevas variantes los síntomas son una vez más similares a los del resfriado y la gripe: tos, dolor de cabeza, dolores musculares, secreción nasal y fatiga.


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