- Neumonía intersticial descamativa
- Proteinosis alveolar pulmonar
- Granulomas, granulomatosis y fibrosis
- Miocarditis tóxica
- Trombosis y accidente cerebrovascular isquémico
- Enteritis granulomatosa
- Enfermedad de Crohn
- Enfermedades inflamatorias del intestino
- Anemia
- Enfermedad de Alzheimer
- Demencia
- Esclerosis
- Autismo
- Miofascitis macrofágica
- Osteomalacia
- Oligospermia e infertilidad
- Enfermedad hepatorrenal
- Cáncer de mama y quistes
- Pancreatitis
- Necrosis pancreática
- Diabetes mellitus
Alhidrogel® y AdjuPhos® son adyuvantes a base de aluminio (ABA) que se dan como clínicamente aprobados, pero de hecho no lo están. Ni hay ABA aprobados para inyección intramuscular o subcutánea en humanos, ni existen requisitos para su aprobación, sino que se "aprueban" sólo como parte de preparados de vacunas, digamos que por costumbre.
Un trabajo que estudia su posible relación con los trastornos del espectro autista concluye que hay una falta de datos científicos fundamentales que demuestren que los ABA sean seguros y no induzcan ningún efecto secundario a largo plazo.
Otro trabajo estudia su posible vínculo con la neuropatología crónica, concluyendo que parecería prudente intentar encontrar una alternativa a los ABA lo antes posible, y eliminar progresivamente su uso.
El tratado de Virología Médica de los argentinos Carballal-Oubiña señala los siguientes inconvenientes en su uso como adyuvante vacunal:
- Induración/inflamación local
- Ausencia de biodegradabilidad
- Efecto "depósito local"
En este sentido, un estudio de 2021 muestra que las micropartículas de hidróxido de aluminio más grandes sólo pueden eliminarse en la piel mediante fagocitosis, y por lo tanto tienden a residir en el lugar de la inyección durante largos períodos de tiempo, formando un efecto de depósito...
Por contra, las nanopartículas de hidróxido de aluminio de menos de ~200 nm pueden captarse en la piel tanto mediante endocitosis como por fagocitosis, y luego eliminarse mediante migración celular.
Ahora bien, el estudio señala que las nanopartículas más pequeñas también pueden acceder directamente a los vasos linfáticos, debido a su capacidad para entrar en las uniones entre las células endoteliales linfáticas.
Y aquí se detiene el estudio. Pero cabe preguntarse por el destino final de esas nanopartículas, pues por los vasos linfáticos circula la linfa que normalmente contiene agua, proteínas, glóbulos blancos y grasas, pero por la que durante las infecciones circulan también virus y bacterias, los cuales podrían adsorberse a las nanopartículas de gel...
¿Podrían acabar esas nanopartículas transportando virus o bacterias a zonas sensibles como el SNC aprovechando su conocida propiedad de poder atravesar la barrera hematoencefálica (BHE)...?
De ser así, los ABA podrían estar ejerciendo un efecto "Caballo de Troya" en la fortaleza de nuestro sistema inmune, siendo claves en procesos de autoinmunidad que involucran a los virus.
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