Inconsistencias respecto al aluminio


El resumen de un trabajo publicado en Pediatrics comienza con esta contundente frase:

"El aluminio no tiene una función biológica conocida; sin embargo, es un contaminante presente en la mayoría de los alimentos y medicamentos". 

En la introducción se nos dice que "la mucosa gastrointestinal es excepcionalmente eficaz para prevenir la absorción", con lo que queda claro que la vía oral, que es la habitual de entrada, no es peligrosa. 

En el apartado de los líquidos de diálisis para enfermos renales es donde se aborda con mayor profundidad el tema de la toxicidad del aluminio, al fallar su eliminación renal. Es aquí donde se nos mencionan efectos como el "aumento de las concentraciones de aluminio en el cerebro, con demencia progresiva" en adultos, y cómo "pacientes pediátricos con enfermedad renal desarrollaron encefalopatía y tenían depósitos óseos de aluminio". 

En cuanto a los aditivos de la nutrición parenteral que contienen aluminio, se nos cuenta que pueden provocar toxicidad en el sistema nervioso central y los huesos. De hecho, hoy en día en España los viales de gluconato cálcico ya no son de vidrio sino de plástico, para evitar el paso de aluminio del vidrio al inyectable.

El artículo no encuentra peligroso el aluminio de las fórmulas de alimentación infantiles, ni el de los desodorantes.

Al llegar a las vacunas que contienen aluminio, que se inyectan y sobre todo a niños, y a pesar de citar una "respuesta inflamatoria crónica al adyuvante residual de aluminio en el sitio de vacunación que conduce a una constelación de síntomas neurológicos, que incluyen mialgia, artralgia, fatiga crónica, debilidad y problemas cognitivos", el efecto se relativiza porque "el número de pacientes con síntomas neurológicos informados es bajo en comparación con el número de individuos vacunados".  Aclaremos que en los individuos vacunados se incluye el 100% de los niños y jóvenes.

De hecho, la conclusión nº 5 dice: "Los adyuvantes de aluminio son extremadamente seguros y efectivos para producir una respuesta inmune con efectos adversos raros".

O sea que el artículo, dirigido eminentemente a pediatras, defiende primero que inyectar aluminio debería considerarse peligroso, y más en niños, y peor cuanto más pequeños, por su toxicidad para el sistema nervioso, pero luego defiende el uso masivo de las vacunas con aluminio, negando su asociación con los problemas neurológicos. ¿No es ésto un contrasentido...?

Por último, aunque no menos importante, el artículo reconoce la asociación aluminio-Alzheimer, aunque sin entrar a fondo en el asunto.


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