El 17º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19 recoge que:
"En base a los datos procedentes de los programas de notificación espontánea, el PRAC ha concluido que tanto la miocarditis como la pericarditis (inflamaciones del corazón) pueden suceder tras la vacunación con Nuvaxovid. Por tanto, la información del producto (ficha técnica y prospecto) se actualizará para incluir estos riesgos, como posibles reacciones adversas a la vacuna".
Se da la circunstancia de que esta vacuna de Novavax no es de ARN ni de vector de adenovirus, sino que como ya tratamos aquí, lo que se inyecta con ella son directamente 5 microgramos de proteína Spike del SARS-CoV-2 junto con el adyuvante Matrix-M.
Esta vacuna no contiene ni ARN ni los lípidos complejos de las de ARN, que también causan miocarditis, pero sí que contiene polisorbato 80, el componente sintético relacionado con los PEG de estas vacunas y las de adenovirus. En cuanto a su adyuvante Matrix-M, contiene colesterol y fosfatidilcolina, productos éstos de origen natural también contenidos en las vacunas de ARN.
El hecho de que productos diferentes que comparten un componente común como excipiente generen un mismo efecto adverso como es la miocarditis, ¿no debería mover a la reflexión...?
Ya aquí postulamos un posible mecanismo de acción para la aparición de las miocarditis y pericarditis, que involucra la activación del complemento a través de los anticuerpos anti-PEG previamente generados tanto por los propios PEGs (en el caso de las vacunas de ARN) como por los polisorbatos (en el caso de Nuvaxovid).
Este mecanismo resultaría por tanto igualmente válido para el caso de la vacuna de Novavax.
De nuevo el polisorbato 80.
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