Con esta preciosa infografía ilustra el número del 27 de junio de 2022 de la revista AcsNANO el hecho de que los niveles elevados de anticuerpos anti-PEG inducidos por las vacunas de ARN se correlacionaron con una mayor reactogenicidad sistémica después de dos dosis de vacunación.
Esta es la base sobre la que se sustenta toda nuestra teoría para intentar explicar tanto los efectos de la vacunación antigripal adyuvada conteniendo polisorbato sobre la 1ª ola del COVID como los efectos adversos de las vacunas COVID, y que publicamos en zenodo en febrero de 2021.
Se confirma que, como defendíamos nosotros, los anticuerpos anti-PEG son generados por los PEGs tanto en la forma IgM inicial como la posterior IgG, como ilustra la imagen.
Se confirma el incremento de reactogenicidad en sangre tras una 2ª dosis de vacuna.
Queda ahora por confirmar que ese incremento de reactogenicidad debido al incremento de la presencia de anticuerpos anti-PEG en sangre sea responsable tanto de las tormentas de citoquinas de la 1ª ola del COVID como de los episodios trombóticos post-vacunación.
Afortunadamente los equipos con medios pueden seguir investigando en este área, y quizá confirmar lo que nosotros tan sólo pudimos deducir teóricamente.
Afortunadamente no me he puesto ninguna de esas vacunas...
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