¿Quién no ha oído hablar del Lecanemab, el anticuerpo de los laboratorios EISAI para la enfermedad de Alzheimer del que ha salido ya hasta un libro...?
La Industria Farmacéutica continúa su búsqueda de tratamientos biotecnológicos para luchar contra las enfermedades del momento, y la propaganda mediática amplifica sus resultados, no siempre tan positivos como se pretende.
En el caso del Lecanemab, se han publicado los resultados de un ensayo clínico en el New England Journal of Medicine, y las conclusiones a texto completo son éstas:
"Lecanemab redujo los marcadores de amiloide en la enfermedad de Alzheimer temprana y resultó en una disminución moderadamente menor en las medidas de cognición y función que el placebo a los 18 meses, pero se asoció con eventos adversos. Se justifican ensayos más largos para determinar la eficacia y seguridad de Lecanemab en la enfermedad de Alzheimer temprana".
Es decir, que redujo los niveles de amiloide, sí, pero es que el beneficio de esta reducción es algo que está en cuestión. Y el hecho es que en el deterioro cognitivo, que es lo que impacta en la vida diaria de las personas con Alzheimer, el fármaco muestra un efecto menor, que además sólo se da en las fases tempranas:
Como remate, se ha hecho público el 2º fallecimiento en el ensayo clínico con Lecanemab: una mujer de 65 años que sufrió un derrame cerebral. El neuropatólogo Rudolph Castellani realizó la autopsia a petición del esposo de la paciente y calificó el caso de "muy dramático".
Frente a estos aparentes "palos de ciego" de la Industria buscando tratamientos casi milagrosos, la filosofía de este blog es la de priorizar el esclarecimiento de las causas, para así poder actuar en la PREVENCIÓN, algo seguramente mucho más factible y barato.
Y las recientes investigaciones apuntan para el Alzheimer a una causa multifactorial en la que hay ya 2 componentes que van cobrando fuerza: por un lado la toxicidad neurológica del aluminio, y por otro un componente infeccioso ligado a la bacteria Porphyromonas gingivalis y la periodontitis crónica, es decir, la popularmente conocida como "piorrea".
Se trata de otra conexión tóxico-infección que ya hemos tratado en otras ocasiones como para la esclerosis múltiple o el COVID, y que es la línea en la que intentaremos seguir profundizando.
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