Episodios de hipotonía e hiporrespuesta postvacunal



Según la AEP, recibe el nombre de episodio de hipotonía-hiporrespuesta (HHE) "la aparición brusca de hipotonía, hiporrespuesta, palidez y/o cianosis que ocurre en un niño durante las 48 horas posteriores a la administración de una vacuna". 

Estos episodios ocurren en niños menores de 2 años, y no tienen nada que ver con los síncopes vasovagales que aparecen en niños mayores. Son raros y la mayoría reversibles, pero hay casos en que quedan secuelas. 

La etiología se desconoce, pese a lo cual suele repetirse en webs y documentos vacunales que se asocia al componente pertúsico (tosferina) de la vacuna DTPe. Sin embargo, el análisis de varios trabajos publicados pone en evidencia que los casos de hipotonía también se han descrito para otras vacunas que no incluyen dicho componente:

Caso de hexavalente más neumocócica 13

Caso de pentavalente en Eslovenia

Caso con Bexsero

Caso de hexavalente y meningococo C en Argentina

Caso de pentavalente en Uruguay

Caso de meningococo B

Caso de hexavalente más neumocócica 13 en Zaragoza

Estudio con varias vacunas en Argentina

Estudio cubano con 25 pentavalentes, 1 antitetánica y una tétanos-difteria

...

Este hecho nos debería llevar, según un principio básico de la Farmacovigilancia, a la búsqueda de otras posibles causas alternativas. Y resulta que un elemento común a todas esas vacunas es que contienen compuestos de aluminio como adyuvante:

También los llevan las vacunas de la hepatitis B sola sin combinar, que también se administran en las primeras semanas de vida, e incluso se han administrado el mismo día del nacimiento, con lo que una posible hipotonía post-vacunal podría pensarse erróneamente que era "de origen natural".

Ahora suele ponerse la 1ª dosis a los 2 meses y formando parte de una vacuna combinada, y de esta forma su administración no interfiere en la correcta evaluación del estado del recién nacido.


Medicamentos para elefantes

 


Hace unos años este vídeo de un "elefante fumador" causó sensación, pero la realidad es muy diferente...

A diferencia de muchos humanos, los elefantes son lo suficientemente inteligentes como para no fumar, y también para conocer las propiedades curativas del carbón vegetal, que es lo que este simpático paquidermo está ingiriendo de un suelo quemado, seguramente después de haberse puesto morado a base de ingerir unos cuantos kilos de sabrosas pero indigestas hierbas.

Y es que el uso del carbón activo es cotidiano en los servicios de urgencias como adsorbente inespecífico para tratar intoxicaciones, al generar una gran superficie de contacto y secuestrar las sustancias tóxicas ingeridas, deteniendo así su absorción intestinal, e incluso arrastrándolas de la circulación sanguínea tras una reciente absorción.

¿Cómo habrán podido llegar a aprender algo así los elefantes sin libros ni universidades...?


Reacciones neurológicas tras vacuna DTP


 

Los adyuvantes a base de compuestos de aluminio empezaron a usarse con la vacuna de la tosferina (células enteras de Bordetella pertussis ) en torno a 1923, y poco después con las de los toxoides tetánico (Clostridium tetani) y diftérico (Corynebacterium diphteriae).

La tres vacunas se mezclaron en 1949 constituyendo la vacuna DTP, adsorbidas en hidróxido o fosfato de aluminio y conservadas con el mercurial tiomersal.

La controversia sobre sus efectos adversos neurológicos arrancó pronto. En un artículo del BMJ de 1958, J.M. Berg afirmaba que desde que Madsen (1933) llamara la atención por primera vez sobre la posibilidad de graves consecuencias neurológicas después de la inmunización activa contra la tosferina, había informes de secuelas neurológicas por la misma en varias partes del mundo, variando desde convulsiones transitorias con recuperación completa hasta incapacitación grave, retraso mental y muerte...


El documental de 1982 "la ruleta de la vacuna DTP" producido por Lea Thompson en WRC-TV  y ganador del premio Emmy ilustraba la polémica.

Las vacunas contra Bordetella pertussis de células enteras (Pe) contenían endotoxina, y su uso se asoció con efectos secundarios considerables, incluido un aumento de mortalidad. La producción de vacunas acelulares (Pa), menos reactogénicas debido a que contenían mucha menor cantidad de antígenos, hizo que el uso de las vacunas DTPa empezara a imponerse frente a las DTPe a partir de 1996.

Anatoxal DI TE PER 1965

No obstante, los efectos adversos neurológicos postcomercialización enumerados en la ficha actual de Triaxis (vacuna DTPa con fosfato de aluminio) asustan: parestesia, hipoestesia, Síndrome de Guillain-Barré, neuritis braquial, parálisis facial, convulsiones, síncope, mielitis

También, la ficha técnica de Infanrix (vacuna DTPa con hidróxido de aluminio y Polisorbato 80 retirada en 2021) señalaba que "se encontró evidencia de una relación causal entre la recepción del toxoide tetánico y la neuritis braquial y el Síndrome de Guillain-Barré".

En España se empezó a vacunar sistemáticamente con la DTP a los bebés en 1975. En la actualidad, los niños reciben cinco dosis: a los 2, 4 y 11 meses de edad, y a los 6 y 14 años.


Fuente de imágenes: http://www.ub.edu/pharmakoteka/


Los anticuerpos anti-PEG en la revista ACS Nano

 

Más de medio año después de la difusión de la base de nuestra teoría de la interferencia inmunológica: los anticuerpos anti-polietilenglicol (anti-PEG), la revista ACS Nano publica un completísimo artículo sobre la inmunogenicidad del PEG, tratando en profundidad los anticuerpos anti-PEG y sus implicaciones...

Como nosotros, hablan de la preexistencia de  anticuerpos anti-PEG en parte de la población, y de su formación por la administración de polietilenglicoles y su interferencia con detergentes como los polisorbatos, y vienen a ratificar la base teórica de nuestro trabajo, con profusión de detalles e imágenes que resultan útiles para ilustrar los conceptos.

Los autores hacen hincapié en que los anticuerpos anti-PEG generados por las vacunas anti-COVID de ARN, tan masivamente administradas, podrían ser causantes de futuras reacciones inmunitarias, algo también advertido aquí para las miocarditis y trombosis

Un vídeo en inglés se hace eco del trabajo y lo explica...



Ni el artículo ni el vídeo relacionan las estructuras de los PEG con los polisorbatos de las vacunas antigripales adyuvadas ni con los polisacáridos con manosa presentes en las glicoproteínas de la superficie externa de los coronavirus, pero algo se mueve.


Fuente: cienciaysaludnatural


BOE: Actualización medicamentos esenciales COVID-19


Presidenta de la AEMPS

El  BOE 139 de 17 de junio de 2022 publica la actualización de la lista de los medicamentos esenciales contra el COVID-19, que sigue incluyendo:

Baricitinib, Cisatracurio, Clonazepam, Dexametasona, Fentanilo, Metilprednisolona, Midazolam, Propofol, Remifentanilo, Rocuronio, Remdesivir y Tocilizumab.

Comparándola con la lista de 2020, se caen Anakinra, Azitromicina, Bromuro de ipratropio, Cefditoreno, Ciclosporina, Dexmedetomidina, Dobutamina, Enoxaparina, Haloperidol, Levomepromazina, Salbutamol y Sarilumab.

Y está ausente el Paxlovid.


Efectos adversos de las vacunas contra el COVID-19 y medidas para prevenirlos

 


Carta al editor de la revista Virology Journal del Dr. Kenji Yamamoto, cirujano cardiovascular japonés:

Resumen

Recientemente, The Lancet publicó un estudio sobre la eficacia de las vacunas COVID-19 y la disminución de la inmunidad con el tiempo. El estudio mostró que la función inmunitaria entre los individuos vacunados 8 meses después de la administración de dos dosis de la vacuna COVID-19 era inferior a la de los individuos no vacunados. De acuerdo con las recomendaciones de la Agencia Europea del Medicamento, la administración frecuente de refuerzos de COVID-19 podría afectar negativamente a la respuesta inmunitaria y podría no ser factible. La disminución de la inmunidad puede deberse a varios factores, como la N1-metilpseudouridina, la proteína de la espiga, las nanopartículas lipídicas, la potenciación dependiente de anticuerpos y el estímulo antigénico original. Estas alteraciones clínicas pueden explicar la asociación notificada entre la vacunación con COVID-19 y el herpes zóster. Como medida de seguridad, deben suspenderse las nuevas vacunaciones de refuerzo. Además, la fecha de vacunación debería registrarse en la historia clínica de los pacientes. Se han notificado varias medidas prácticas para prevenir una disminución de la inmunidad. Entre ellas se encuentran la limitación del uso de antiinflamatorios no esteroideos, incluido el paracetamol para mantener la temperatura corporal profunda, el uso adecuado de antibióticos, el abandono del tabaquismo, el control del estrés y la limitación del uso de emulsiones lipídicas, incluido el propofol, que puede causar inmunosupresión perioperatoria. En conclusión, la vacunación con COVID-19 es un factor de riesgo importante para las infecciones en pacientes críticos.


Estimado editor,

La pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha dado lugar al uso generalizado de vacunas genéticas, incluidas las de ARNm y las de vectores virales. Además, se han utilizado vacunas de refuerzo, pero su eficacia contra la proteína de espiga altamente mutada de las cepas Omicron es limitada. Recientemente, The Lancet publicó un estudio sobre la eficacia de las vacunas contra el COVID-19 y la disminución de la inmunidad con el tiempo [1]. El estudio mostró que la función inmunitaria entre los individuos vacunados 8 meses después de la administración de dos dosis de la vacuna COVID-19 era inferior a la de los individuos no vacunados. Estos resultados fueron más pronunciados en los adultos mayores y en los individuos con enfermedades preexistentes. Según las recomendaciones de la Agencia Europea del Medicamento, las vacunas de refuerzo frecuentes de COVID-19 podrían afectar negativamente a la respuesta inmunitaria y podrían no ser factibles [2]. Varios países, como Israel, Chile y Suecia, están ofreciendo la cuarta dosis sólo a los adultos mayores y a otros grupos en lugar de a todos los individuos [3].

La disminución de la inmunidad se debe a varios factores. En primer lugar, la N1-metilpseudouridina se utiliza como sustituto del uracilo en el código genético. La proteína modificada puede inducir la activación de las células T reguladoras, lo que provoca una disminución de la inmunidad celular [4]. De este modo, las proteínas de espiga no decaen inmediatamente tras la administración de vacunas de ARNm. Las proteínas de espiga presentes en los exosomas circulan por todo el cuerpo durante más de 4 meses [5]. Además, los estudios in vivo han demostrado que las nanopartículas lipídicas (LNP) se acumulan en el hígado, el bazo, las glándulas suprarrenales y los ovarios [6], y que el ARNm encapsulado en LNP es altamente inflamatorio [7]. Los anticuerpos recién generados de la proteína de la espiga dañan las células y los tejidos que están preparados para producir proteínas de la espiga [8], y las células endoteliales vasculares son dañadas por las proteínas de la espiga en el torrente sanguíneo [9]; esto puede dañar los órganos del sistema inmunitario como la glándula suprarrenal. Además, puede producirse una potenciación dependiente de anticuerpos, en la que los anticuerpos potenciadores de la infección atenúan el efecto de los anticuerpos neutralizadores en la prevención de la infección [10]. El pecado antigénico original [11], es decir, la memoria inmunitaria residual de la vacuna de tipo Wuhan, puede impedir que la vacuna sea suficientemente eficaz contra las cepas variantes.

Estos mecanismos también pueden estar implicados en la exacerbación del COVID-19.

Algunos estudios sugieren una relación entre las vacunas contra el COVID-19 y la reactivación del virus que causa el herpes zóster [12, 13]. Esta afección se denomina a veces síndrome de inmunodeficiencia adquirida por vacunación [14]. Desde diciembre de 2021, además de la vacuna COVID-19, el Departamento de Cirugía Cardiovascular del Hospital Okamura Memorial de Shizuoka (Japón) (en lo sucesivo, “el instituto”) se ha encontrado con casos de infecciones difíciles de controlar. Por ejemplo, hubo varios casos de presuntas infecciones debidas a la inflamación tras una operación a corazón abierto, que no pudieron controlarse ni siquiera tras varias semanas de uso de múltiples antibióticos. Los pacientes mostraron signos de estar inmunocomprometidos, y hubo algunas muertes. El riesgo de infección puede aumentar. Es posible que en el futuro haya que revisar diversos algoritmos médicos para evaluar el pronóstico postoperatorio.

Los medios de comunicación han ocultado hasta ahora los efectos adversos de la administración de vacunas, como la trombocitopenia inmunotrombótica inducida por la vacuna (VITT), debido a una propaganda sesgada. El instituto se encuentra con muchos casos en los que se reconoce esta causa. Estas situaciones se han producido en oleadas; sin embargo, aún no se han resuelto a pesar de las medidas aplicadas para examinar de forma rutinaria a los pacientes ingresados para cirugía en busca de anticuerpos contra la trombocitopenia inducida por heparina (HIT). Desde el inicio de la vacunación se han confirmado cuatro casos positivos a los anticuerpos HIT en el instituto; esta frecuencia de casos positivos a los anticuerpos HIT no se había observado nunca antes. También se han notificado casos mortales debidos a la ITV tras la administración de las vacunas COVID-19 [15].

Como medida de seguridad, se debe suspender la administración de más vacunas de refuerzo. Además, la fecha de vacunación y el tiempo transcurrido desde la última vacunación deberían registrarse en la historia clínica de los pacientes. Debido a la falta de conocimiento de este grupo de enfermedades entre los médicos y el público en general en Japón, a menudo no se documenta el historial de vacunación contra la COVID-19, como en el caso de la vacunación contra la gripe. Es posible que haya que tener en cuenta el tiempo transcurrido desde la última vacunación contra la COVID-19 cuando se requieran procedimientos invasivos. Se han notificado varias medidas prácticas que pueden aplicarse para evitar una disminución de la inmunidad [16]. Entre ellas se encuentran la limitación del uso de antiinflamatorios no esteroideos, incluido el paracetamol, para mantener la temperatura corporal profunda, el uso adecuado de antibióticos, el abandono del tabaquismo, el control del estrés y la limitación del uso de emulsiones lipídicas, incluido el propofol, que pueden causar inmunosupresión perioperatoria [17].

Hasta la fecha, al comparar las ventajas y desventajas de las vacunas de ARNm, se ha recomendado comúnmente la vacunación. A medida que la pandemia de COVID-19 se controle mejor, es probable que las secuelas de la vacuna se hagan más evidentes. Se ha planteado la hipótesis de que habrá un aumento de las enfermedades cardiovasculares, especialmente de los síndromes coronarios agudos, causados por las proteínas de espiga de las vacunas genéticas [18, 19]. Además del riesgo de infecciones debido a la disminución de las funciones inmunitarias, existe un posible riesgo de daños orgánicos desconocidos causados por la vacuna que han permanecido ocultos sin presentaciones clínicas aparentes, principalmente en el sistema circulatorio. Por lo tanto, es esencial realizar evaluaciones de riesgo cuidadosas antes de la cirugía y los procedimientos médicos invasivos. Se necesitan más ensayos controlados aleatorios para confirmar estas observaciones clínicas.

En conclusión, la vacunación con COVID-19 es un factor de riesgo importante para las infecciones en pacientes críticos.


Referencias

  1. Nordström P, Ballin M, Nordström A. Risk of infection, hospitalisation, and death up to 9 months after a second dose of COVID-19 vaccine: a retrospective, total population cohort study in Sweden. Lancet. 2022;399:814–23. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(22)00089-7.Article PubMed PubMed Central Google Scholar 
  2. European Centre for Disease Prevention and Control. Interim public health considerations for the provision of additional COVID-19 vaccine doses. https://www.ecdc.europa.eu/en/publications-data/covid-19-public-health-considerations-additional-vaccine-doses. Accessed 4 May 2022.
  3. Mallapaty S. Fourth dose of COVID vaccine offers only slight boost against Omicron infection. Nature. 2022. https://doi.org/10.1038/D41586-022-00486-9.Article PubMed Google Scholar 
  4. Krienke C, Kolb L, Diken E, Streuber M, Kirchhoff S, Bukur T, et al. A noninflammatory mRNA vaccine for treatment of experimental autoimmune encephalomyelitis. Science. 2021;371:145–53. https://doi.org/10.1126/science.aay3638.CAS Article PubMed Google Scholar 
  5. Bansal S, Perincheri S, Fleming T, Poulson C, Tiffany B, Bremner RM, et al. Cutting edge: circulating exosomes with COVID spike protein are induced by BNT162b2 (Pfizer–BioNTech) vaccination prior to development of antibodies: a novel mechanism for immune activation by mRNA vaccines. J Immunol. 2021;207:2405–10. https://doi.org/10.4049/jimmunol.2100637.CAS Article PubMed Google Scholar 
  6. BNT162b2 Module 2.4. Nonclinical Overview. FDA-CBER-2021-4379-0000681 JW-v-HHS-prod-3-02418.pdf (judicialwatch.org) Access 6 May 2022.
  7. Ndeupen S, Qin Z, Jacobsen S, Bouteau A, Estanbouli H, Igyártó BZ. The mRNA-LNP platform’s lipid nanoparticle component used in preclinical vaccine studies is highly inflammatory. Science. 2021;24:103479. https://doi.org/10.1016/j.isci.2021.103479.CAS Article Google Scholar 
  8. Yamamoto K. Risk of heparinoid use in cosmetics and moisturizers in individuals vaccinated against severe acute respiratory syndrome coronavirus. Thromb J. 2021. https://doi.org/10.1186/s12959-021-00320-8.Article PubMed PubMed Central Google Scholar 
  9. Lei Y, Zhang J, Schiavon CR, He M, Chen L, Shen H, et al. SARS-CoV-2 spike protein impairs endothelial function via downregulation of ACE 2. Circ Res. 2021;128:1323–6. https://doi.org/10.1161/CIRCRESAHA.121.318902.CAS Article PubMed PubMed Central Google Scholar 
  10. Liu Y, Soh WT, Kishikawa JI, Hirose M, Nakayama EE, Li S, et al. An infectivity-enhancing site on the SARS-CoV-2 spike protein targeted by antibodies. Cell. 2021;184:3452-66.e18. https://doi.org/10.1016/j.cell.2021.05.032.CAS Article PubMed PubMed Central Google Scholar 
  11. Cho A, Muecksch F, Schaefer-Babajew D, Wang Z, Finkin S, Gaebler C, et al. Anti-SARS-CoV-2 receptor-binding domain antibody evolution after mRNA vaccination. Nature. 2021;600:517–22. https://doi.org/10.1038/s41586-021-04060-7.CAS Article PubMed PubMed Central Google Scholar 
  12. Desai HD, Sharma K, Shah A, Patoliya J, Patil A, Hooshanginezhad Z, et al. Can SARS-CoV-2 vaccine increase the risk of reactivation of Varicella zoster. Systematic review. J Cosmet Dermatol. 2021;20:3350–61. https://doi.org/10.1111/jocd.14521.Article PubMed PubMed Central Google Scholar 
  13. Barda N, Dagan N, Ben-Shlomo Y, Kepten E, Waxman J, Ohana R, et al. Safety of the BNT162b2 mRNA Covid-19 v in a nationwide setting. N Engl J Med. 2021;385:1078–90. https://doi.org/10.1056/NEJMOA2110475.CAS Article PubMed Google Scholar 
  14. Seneff S, Nigh G, Kyriakopoulos AM, McCullough PA. Innate immune suppression by SARS-CoV-2 mRNA vaccinations: the role of G-quadruplexes, exosomes, and MicroRNAs. Food Chem Toxicol. 2022;164:113008. https://doi.org/10.1016/J.FCT.2022.113008.CAS Article PubMed PubMed Central Google Scholar 
  15. Lee EJ, Cines DB, Gernsheimer T, Kessler C, Michel M, Tarantino MD, et al. Thrombocytopenia following Pfizer and Moderna SARS-CoV-2 vaccination. Am J Hematol. 2021;96:534–7. https://doi.org/10.1002/AJH.26132.CAS Article PubMed PubMed Central Google Scholar 
  16. Yamamoto K. Five important preventive measures against the exacerbation of coronavirus disease. Anaesthesiol Intensive Ther. 2021;53:358–9. https://doi.org/10.5114/ait.2021.108581.Article PubMed Google Scholar 
  17. Yamamoto K. Risk of propofol use for sedation in COVID-19 patient. Anaesthesiol Intensive Ther. 2020;52:354–5. https://doi.org/10.5114/ait.2020.100477.Article PubMed Google Scholar 
  18. Gundry SR. Observational findings of PULS cardiac test findings for inflammatory markers in patients receiving mRNA vaccines. Circulation. 2021;144(suppl_1):A10712–A10712. https://doi.org/10.1161/circ.144.suppl_1.10712.Article Google Scholar 
  19. Lai FTT, Li X, Peng K, Huang L, Ip P, Tong X, et al. Carditis After COVID-19 vaccination with a messenger RNA vaccine and an inactivated virus vaccine: a case-control study. Ann Intern Med. 2022;175:362–70. https://doi.org/10.7326/M21-3700.Article PubMed Google Scholar 


Original: https://virologyj.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12985-022-01831-0

Fuente: The Exposé


Proliferación de enfermedades "de origen desconocido"



Psoriasis, Crohn, lupus, autismo, colitis ulcerosa, intolerancias alimentarias, enfermedad celíaca, Guillain-Barré, artritis reumatoide, polimialgia, esclerosis múltiple, espondilitis anquilosante, diabetes, asma, vasculitis, neuropatía periférica, Alzheimer...

Las enfermedades raras y autoinmunes de origen desconocido crecen y crecen, y sus causas de momento permanecen ocultas. ¿Cuándo comenzó este aumento...?

Al investigador biomédico James Lyons-Weiler se le ocurrió una original forma de obtener la tendencia acumulada en el tiempo buscando en Pubmed el término "causas desconocidas" y ajustando con respecto al total de artículos publicados sobre enfermedades cada año, obteniendo la siguiente gráfica:

La tendencia es evidente. Para el autor, algo cambió dramáticamente en 1976, y según él fue la vacunación masiva contra la gripe. El salto observado podría tener esa explicación, pero la pendiente continua podría más bien indicar una causa recurrente, y no puntual. Un componente ambiental o social que ha ido aumentando progresivamente hasta nuestros días. Ecologistas, nutricionistas y antivacunas defienden distintas teorías, y la de estos últimos se centra en el uso creciente de vacunas con adyuvantes a base de sales de aluminio. La revista Cell ilustra este hecho en esta tabla:


Por otra parte, pareciera que según avanza la ciencia médica cada vez supiéramos menos de algunas enfermedades. Así, antes de la introducción de la vacuna de la polio en 1955, enfermedades como el Guillain-Barré o la mielitis transversa se hubieran englobado en el término poliomielitis, y se les hubiera imputado como causa el poliovirus... 

Pero al persistir dichas enfermedades tras la vacunación, se ha profundizado en ellas y, viendo que la vacuna no las previene, se les imputa ahora un origen desconocido, exonerando a los virus. 

Esta nueva perspectiva implicaría que la reducción de la polio con la vacuna no habría sido tan grande como se ha creído, al haber cambiado la terminología. La polio habría bajado, sí, pero en parte porque patologías que se creían poliomielitis habrían sido rebautizadas. Algo así defienden en su libro Suzanne Humphries y Roman Bystrianyk...


Las empresas farmacéuticas investigan constantemente nuevos tratamientos, pero resulta prioritario esclarecer primero las causas de estas enfermedades, para poder evitarlas. Habrá que seguir buscando.


El gatillo de la esclerosis múltiple



España está con Norteamérica, Escandinavia y Centroeuropa a la cabeza mundial en prevalencia de esclerosis múltiple (EM). Se calcula que en España hay 55.000 personas afectadas, en Europa 700.000, y en el mundo más de 2.800.000. Su frecuencia sigue aumentando.

La mielina es un material graso que aísla los nervios actuando como la cobertura de un cable eléctrico. La EM es una enfermedad autoinmune inflamatoria que provoca la desmielinización de los nervios alterando su capacidad para conducir impulsos eléctricos desde y hacia el cerebro.

La edad más frecuente de diagnóstico es entre los 20 y los 40 años, aunque el inicio puede ser anterior, y 2 de cada 3 afectados son mujeres. La EM no es hereditaria, ni contagiosa, ni mortal, pero actualmente no existe un tratamiento curativo para ella, aunque sí fármacos que intentan reducir el número de brotes y disminuir su progresión, así como para el tratamiento de los síntomas.

Según un nuevo trabajo, el riesgo de desarrollar EM en individuos que eran negativos para el virus de Epstein-Barr (VEB) aumentó 32 veces después de la infección por este herpesvirus conocido por ser el causante de la mononucleosis infecciosa. 

Ahora bien, la prevalencia de este virus en la población es de un 95%, así que su infección previa es un factor necesario para desarrollar EM pero no suficiente. Y no parece que hayan tenido en cuenta que hay varios tipos de EM, y que podría haber otros virus implicados, como los herpes simples, que es lo que hemos detectado en nuestro entorno para la EM recurrente-remitente, la forma inicial más común de EM y que más afecta a los jóvenes. Cada brote correspondería a una reactivación del herpes, que volvería a generar la "reacción autoinmune".

En todo caso, el trabajo viene a confirmar lo que cada día resulta más evidente: la correlación que muchos hemos visto entre infecciones víricas y enfermedades autoinmunes. 

En nuestra hipótesis, si el herpesvirus es el "gatillo" de la EM, la bala bien podría ser de aluminio. Y es que como otros trastornos neurológicos y otras enfermedades autoinmunes, la EM se ha relacionado también con la exposición a dicho metal, y a medicamentos que lo contienen como la vacuna antihepatitis B (Neurology), un metal también contenido en las vacunas DI-TE-PE, antimeningocócicas y antipapiloma humano, que se administran mucho a mujeres jóvenes.




Biotecnología vegetal/humana

 

Los transgénicos son a los cultivos tradicionales lo que las vacunas de ARN/ADN son a la inmunidad natural. Los primeros son obtenidos por la Biotecnología vegetal, mientras que las segundas lo son por la Biotecnología humana. A la primera se oponen los ecologistas, y a la segunda los antivacunas. 

De forma un tanto sorprendente, a veces parece que no hubiera nada en común entre un colectivo de pensamiento y otro. Así, hay fervientes ecologistas que defienden abiertamente las vacunas ARN/ADN, se las inyectan y están a favor de su obligatoriedad, pero no comen soja transgénica.

La soja transgénica de Monsanto se obtiene introduciendo una proteína en la semilla que hace que sea resistente a la acción del glifosato, un plaguicida mortal para todo tipo de plantas y que fue patentado por la misma empresa.

Las vacunas de ARN/ADN introducen una proteína en las células humanas para que estas produzcan anticuerpos frente a un virus cuyo origen se desconoce. Las propias fichas de las vacunas de AstraZeneca y Janssen indican que contienen OMG (organismos modificados genéticamente).

Se trata esencialmente de la misma manipulación, pero una cometida en nuestro propio cuerpo, y la otra en nuestra comida. El documental "el mundo según Monsanto" lo explica bien:

La controversia sobre los peligros del progreso no es nueva. La bióloga Rachel Carson (1907-1964) fue, con su libro de 1962 "Primavera Silenciosa" contra el uso del DDT, la gran impulsora de la creación de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, que más adelante en 1972 prohibiría el uso del DDT en USA. Un DDT al que se ha llegado a relacionar con la polio.

Por contra, hoy hay quien considera esta prohibición como responsable de la prevalencia de la malaria y otras infecciones causadas por insectos vectores.

El debate es una de las claves del aprendizaje. Que nadie nos lo coarte.