Tiroiditis tras vacunas de ARNm

 


Hay señales evidentes de que la glándula tiroides puede ser otra diana para el desarrollo de efectos adversos autoinmunes tras la inoculación de vacunas COVID de ARNm, a juzgar por los numerosos casos ya publicados:

Estos efectos tiroideos no aparecen de momento descritos en las fichas de las vacunas ARNm, pero ya sabemos que las agencias reguladoras suelen ir por detrás de los acontecimientos.


Laporte entrevistado por Gaceta Sanitaria

 


Tras su fulgurante intervención en el Congreso de los Diputados, el profesor Joan Ramón Laporte es entrevistado para la Revista Gaceta Sanitaria por Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

Con mesura, el farmacólogo catalán vuelve a demostrar, con su clarividencia y objetividad, que es la mayor eminencia mundial en Farmacovigilancia.


Vacunas ARNm: se amplía el espectro de efectos adversos

 

Los desequilibrios que provocan las inyecciones de ARNm en el organismo humano aparecen como efectos adversos dispersos en distintas localizaciones, según reconoce la EMA. Les toca el turno ahora a:

  • La piel, con la identificación del eritema multiforme...

  • El riñón, con la glomerulonefritis y el síndrome nefrótico.

También se está estudiando, según la AEMPS, el riesgo de trastornos menstruales, algo que se ha puesto de evidencia hace tiempo.

Efectos adversos que vienen a sumarse a las parestesias, las mielitis o la inflamación de los ganglios, ya conocidos sobre todo entre quienes reciben la tercera dosis de BioNTech/Pfizer o de Moderna, y a los ya clásicos trombos, miocarditis, ictus, Guillain-Barré...

Está claro que los ensayos clínicos fueron insuficientes para aflorar los resultados que el experimento universal (en palabras de Joan Laporte) está sacando a la luz. 

Experimento en el que el papel de ejercer de grupo control recae en los no vacunados. Justamente, la otra media humanidad. 


¿Qué es el betadex sulfobutileter?

 

Es una ciclodextrina fabricada por la empresa china Zhi Yuan, y usada como excipiente del antiviral Remdesivir, autorizado para el tratamiento del COVID. 

Las ciclodextrinas actúan encapsulando a otras sustancias. Así, el fármaco Sugammadex es una ciclodextrina que encapsula al fármaco anestésico Rocuronio, y se usa para revertir su anestesia. 


Las ciclodextrinas no son inocuas. De hecho, las ciclodextrinas inyectadas por vía intravenosa pueden formar complejos con el colesterol circulante en la sangre, precipitar y colapsar el sistema cardiovascular.

Excipientes aún más complejos los hemos visto en las vacunas de ARN, como el lípido ALC-0315 ((4-hidroxibutil)azanodiil)bis(hexano-6,1-diil)bis(2-hexildecanoato) de BioNTech/Pfizer, o el lípido SM-102 (heptadecano-9-il 8-{(2-hidroxietil)[6-oxo-6-(undeciloxi)hexil]amino}octanoato) de Moderna, que nunca antes habían sido inyectados a seres humanos.

¿Habrán superado todos estos excipientes los pertinentes ensayos de toxicidad, o las prisas de la emergencia COVID habrán evitado a los laboratorios fabricantes tener que superar ese trámite...?

¿Tendrán algo que ver los excipientes en los efectos adversos observados con estas nuevas terapias, como la elevación de las transaminasas hepáticas ligada al Remdesivir?

Quizá algún día lo sepamos.

Hepatitis C: erradicada sin vacuna

 


Uno de los grandes hitos de la farmacología moderna es la victoria sobre la hepatitis C. Tras años intentando combatir al virus mediante la combinación de la tóxica Ribavirina y distintos interferones obtenidos por biotecnología, igualmente tóxicos, fue un fármaco tradicional, el Sofosbuvir (Sovaldi, de Gilead), el que inició en 2014 el camino del éxito contra este virus que se transmite por vía parenteral (a través de las inyecciones).

Hoy, más del 95% de las hepatitis C se curan en 8 ó 12 semanas con estos tratamientos, y con relativamente pocos efectos adversos: 


A diferencia de los fármacos "biológicos" usados para paliar los síntomas (y no siempre con éxito) de la artritis reumatoide, la psoriasis o el Crohn, que cuestan (al Estado) más de 1.000 euros al mes, los antivirales de acción directa contra el virus C son fármacos no biotecnológicos, igualmente muy caros, pero con un factor distintivo: curan la hepatitis C.

Mientras, un envase con 40 comprimidos de Ibuprofeno le cuesta al consumidor 1,2 €, es decir, 3 céntimos el comprimido. Tampoco cura, pero alivia y es muy barato. ¿Habría algún paciente que aceptara pagar los 1.000 euros por el fármaco biotecnológico...? No importa, la Seguridad Social paga. Y la eficacia se les supone.

Pero recordemos que la eficacia es una falacia. Lo que cuenta es la eficiencia, es decir, el beneficio obtenido en relación con el coste. Y aquí, el Ibuprofeno arrasa. 


Teresa Forcades entrevistada en Madrid Market (II)

 

Continúa la entrevista de Marcela Caldumbide a Teresa Forcades, ahora hablando de lo que ocurre con la vacuna en el cuerpo: 

"Al principio nos dijeron que la vacuna se quedaría en el deltoides, donde la inoculan Está diseñada para que se quede dentro de las células, el ARN mensajero se comunica con el ribosoma y de acuerdo con sus instrucciones este fabrica una proteína, que es la Spyke, y se va a la membrana de tus células, en tu músculo, en el deltoides. Entonces llega el sistema inmunitario y dice: “Uy esta célula se nos ha vuelto rara. Vamos a hacer anticuerpos porque esto es raro”. Y el sistema inmunitario destruye esta célula que había acogido el ARN mensajero". 

"La teoría era esa. Pero hoy sabemos que esto no es así, y lo sabemos por un estudio que hizo Pfizer. Y por lo tanto Pfizer lo sabía y permitió que se corriera esta versión amable. Ahí habría responsabilidades para esta empresa. Lo sabemos porque el gobierno de Japón le pidió a Pfizer que le dijera dónde se queda esta vacuna en la práctica: ¿En el músculo o pasa a la sangre? Y luego un vacunólogo canadiense le pidió a Japón esa información y la hizo pública". 

"Así sabemos que 2/3 partes de esa vacuna pasan a la sangre, se distribuye al cerebro, al corazón, en el bazo, y se acumula en los ovarios. Hay trillones de ARN mensajero en las vacunas, se está estudiando por qué esas dosis tan altas. Entonces, cuando se van a los vasos sanguíneos, se meten dentro de la célula y hacen los picos. ¿Qué pasa si se hacen los picos en lo capilares sanguíneos? Crean trombos. Eso se puede objetivar midiendo en la sangre el Dímero. D. Si le sube el Dímero D quiere decir que ha tenido microtrombosis. Además esta proteína crea inflamación en el hígado y el corazón, y eso son las miocarditis".





COVID-19: el caso de Nigeria

 

Roca Zuma, Nigeria

Nigeria, el "Gigante de África", es con 206 millones de habitantes el país más poblado de África y el séptimo del mundo. Comparemos sus cifras de COVID-19 con las de España:

El número de personas fallecidas por COVID-19 en Nigeria es de 3.141, mientras que en España es de 97.998. Es decir, hay más de 30 veces más muertos en España teniendo la cuarta parte de la población que Nigeria. La tasa de fallecidos es por tanto 120 veces mayor en España que en Nigeria.

¿Dónde puede radicar tal diferencia...? Hagamos un somero análisis:

  • Raza: Nigeria pertenece al África negra, mientras que la población española es eminentemente blanca. Ser de raza negra parece en principio un factor positivo.
  • Juventud: Nigeria tiene la tercera población juvenil más grande del mundo, después de la India y China, con más de 90 millones de su población menor de dieciocho años, mientras que en España la población está mucho más envejecida. La juventud parece por tanto un factor positivo.
  • Vacunación: El porcentaje de población totalmente vacunada de COVID-19 en Nigeria es del 2,64%, mientras que en España es del 81,99%, es decir 31 veces mayor en España. La muy superior tasa de vacunación COVID en España no parece tener un efecto positivo, sino más bien negativo.

¿Cabe algún otro factor que explique semejantes discrepancias...?

  • Nigeria se encuentra entre los países con menor tasa de enfermos confirmados del mundo. En Nigeria se han registrado 254.137 casos confirmados de coronavirus, mientras que en España el número de confirmados se eleva a 10,8 millones, en proporción 160 veces más. ¿Serán todos esos casos de España reales o se están inflando con los asintomáticos con PCR positiva...?
  • Las tasas de letalidad (fallecidos respecto a confirmados) son del 1,24% para Nigeria frente al 0.91 para España. ¿No se habrán estado contabilizando en España como muertos por COVID-19 lo que eran muertos por otras causas pero con PCR positiva...? 

Lo sorprendente es que con estos datos del coronavirus a nivel mundial, Europa anuncia una campaña de fomento de la vacunación en África dentro de un plan de ayuda de 150.000 millones de euros.

¿No deberían ser ellos los que nos ayudaran a nosotros...?


Fuente: Datos macro Diario Expansión


Últimas frases de Luc Montagnier

 


Si polémicas fueron las posiciones de Luc Montagnier en los temas de los cofactores del SIDA o de la relación entre vacunas y autismo, sus opiniones sobre el origen del COVID y sobre el uso de las vacunas de ARN para prevenirlo lo instalaron definitivamente en el punto de mira permanente de los censores oficialistas de la inquisición mediática vigente, quienes, todo hay que decirlo, no le llegan al virólogo francés ni a la suela del zapato.

Aquí algunas de las frases más controvertidas del nobel recientemente fallecido:


"El genoma completo de este coronavirus tiene secuencias de otros virus, como el VIH, y es poco probable que sea de origen natural"

"Esta vacuna no protege para nada, es reconocido por todo el mundo. De hecho favorece a otras infecciones"

"La proteína viral utilizada para el ARNm en la vacuna es tóxica para las células. Es un veneno"

"Las nuevas cepas son el resultado de la vacunación"

"Se puede ver en todos los países, es lo mismo: después de la vacunación, hay muertes"

"Hay muchos muertos y muchos deportistas jóvenes que tienen problemas cardíacos debido a la vacuna"

"Muchos atletas jóvenes han muerto como resultado de su vacunación"

"Las vacunas no deben matar sino proteger"

"Es un crimen absoluto dar estas vacunas a los niños"

"Los no vacunados salvarán a la humanidad"

"La mutación Omicron acabará con la pandemia y las vacunaciones masivas"


Montagnier, genio y figura.



Teresa Forcades entrevistada en Madrid Market (I)


Tras una introducción en la que Teresa Forcades y Marcela Caldumbide conversan sobre ciencia, espiritualidad, teoría de cuerdas, genoma, epigenética, parabenos, medicalización..., se aborda el tema de la inmunidad:

"Hay una serie de artículos sobre la inmunidad y estudios como el publicado en la revista Nature sobre los que se infectaron en el año 2003-04, cuando tuvimos el SARS-CoV-1 que apareció en el Medio Oriente con una mortalidad en personas mayores del 50%. ¿Se han estudiado estas personas? Sí, y se ha descubierto que estas personas conservan su inmunidad para este virus y además tienen inmunidad cruzada para el SARS-CoV-2 (Clinical Infectious Diseases). Hay más de 140 artículos en los que esta establecidísimo científicamente que hay inmunidad natural adquirida contra el COVID-19 (Brownstone Institute)". 

"La inmunidad natural es siempre superior a la inmunidad vacunal. Es un axioma de la Inmunología. Se comparó en Ohio la inmunidad natural y la vacunal en 50.000 personas. ¿Y qué ocurrió? Que al cabo de 5 meses de seguimiento del estudio se veía que la inmunidad natural se mantenía y la vacunal no tenemos claro si disminuía, pero lo cierto es que ese estudio se paró a los 5 meses. Y por eso decimos 6 meses de inmunidad natural porque el estudio se paró. ¿Por qué se paró ese estudio?. Luego ha habido otros estudios y sabemos que la inmunidad natural se mantiene. Sobre la vacunal sabemos que disminuye la inmunidad. Ya llevamos dos años y eso se sabe".

"Los asintomáticos tienen anticuerpos si lo han pasado de forma natural. Pero si tu estabas vacunado y luego has pasado la enfermedad lo que ocurre es un poco más complejo. En la Universidad Queen Mary de Londres han hecho un estudio de la toxicidad de las vacunas del coronavirus, del SARS-CoV-2, y estudiaron el sistema norteamericano cuando ellos tienen la Yellow Card que es un registro de efectos secundarios. Sabemos que se notifica el 10% y hay estudios que dicen que se notifica un 1%. ¿Por qué no estudiaron los datos de Inglaterra? Porque no tienen acceso a esos datos. Lo que es gravísimo. ¿Cómo vamos a tener unas vacunas en el mercado aprobadas como uso de emergencia y hasta el 2023 no se acaba el experimento?

Enlaces sobre toxicidad por lotes vacunales: deathbylottery

"Pfizer hizo un macro estudio con 20.000 personas vacunadas y 20.000 no vacunadas. En el grupo que recibió la vacuna había menos PCR positivos Y por eso se dijo 95% de eficacia. Pero ser PCR positivo no es el problema, el problema es que te enfermes y que te mueras. En los anexos de ese estudio se ven las muertes del grupo de vacunados son 15 y las del grupo placebo son 14. Entonces, esa vacuna no evitó ninguna muerte Y cuando se ven los efectos secundarios hay un incremento de morbilidad en el grupo vacunado. El estudio en el cual se basó la aprobación por emergencia había solo un 4% de personas mayores, siendo como se sabía los más sensibles al virus. La reducción de riesgo real de contagio de la enfermedad era nimio, por debajo del 1%"More harm than good

"Se ha hecho la comparativa gripe/COVID con el mismo número de personas vacunadas en EE.UU. Es una comparativa perfecta. El número de efectos secundarios o muertes asociadas con la vacuna del COVID es superior en varios grados de magnitud. Aquí podrá enlazarse con la intervención de Joan Ramón Laporte en el Congreso, da los números de efectos secundarios en España." 

"Resulta significativo que los dos inventores de estas dos tecnologías, vacunas de ARN mensajero (Robert Malone) y PCR (Kary Mullis), uno está vivo y lo está diciendo, y el otro murió, pero lo había dicho, ambos están en contra del uso que se está haciendo de esa tecnología. Malone se puso tres vacunas y tuvo efectos secundarios. Es una de las voces más críticas"

"La PCR para el coronavirus se desarrolló por un virólogo alemán, Christian Drosten, que trabaja en el Hospital La Charité de Berlin. Publicó su artículo sobre la tecnología de la PCR en enero de 2020. Y ese artículo fue el que cogió la OMS para decirle a todos los sistemas de salud que utilicen esto para detectar esta infección: Borger-PCR-retraction, Bullard-PCR-cycles, Corman-Drosten-PCRPCR-Jaafar-2020".

"En noviembre de ese mismo año se publicó un artículo diciendo que el artículo de Drosten tiene 10 fallos mayúsculos. Uno de ellos invalida el resultado. Lo normal es hacer 25 ciclos, si te pasas, cuantos más ciclos haces más débil es la señal. A partir de 25 estás ampliando no sabes qué. Si se hace, desaparece la efectividad de la prueba. La OMS recomendó de 35 hasta 45 ciclos. Cuando llegas por encima de 35 ciclos los falsos positivos son el 97 por ciento. Así que caen en picado el número de casos".

"En Portugal no hubo exceso de mortalidad, lo que indica que el exceso de mortalidad en España no fue por el virus".


¿Pasa a la sangre la proteína Spike postvacunal?

 

Ugur Sahin, fundador de BioNTech Ozlem Tureci, cofundadora de BioNTech

Según un preprint publicado en Cell, al menos una parte de la proteína Spike generada después de la administración de la vacuna de ARNm de BioNTech/Pfizer se distribuiría a la sangre, detectándose 1-2 días tras la primera inyección en el plasma del 96% de los vacunados.

Los niveles alcanzarían los 174 pg/ml. Es decir, que por la sangre de los recién vacunados viajaría tanta proteína Spike como en una infección aguda del virus. Me pregunto: ¿sería esa proteína vírica inocua para el ser humano...?

La concentración iría disminuyendo con el tiempo, pero la proteína Spike sería todavía detectable una semana después de la primera dosis en el plasma del 63% de los vacunados.

Tras la segunda dosis, la proteína Spike dejaría de detectarse en el plasma, según el artículo debido a la formación de complejos inmunes entre los anticuerpos anti-proteína Spike generados con la primera dosis y la proteína Spike sintetizada tras la segunda. Me pregunto: ¿serían esos complejos inmunes inocuos para el ser humano...?

Las mismas dudas serían aplicables para el producto de Moderna, para el que también se dijo que se quedaba el 100% en el brazo. A ver si lo aclaran.

Derrick Rossi, fundador de Moderna


La vacuna de Novavax

 

La EMA ya ha autorizado una nueva vacuna COVID, Nuvaxovid de Novavax, que presuntamente irá dirigida a los que aún no se han vacunado y alérgicos a otras vacunas. Contiene 5 microgramos de proteína Spike del SARS-CoV-2 y el adyuvante Matrix-M a base de extracto de Quillaia saponaria, un árbol chileno.

La vacuna contiene polisorbato 80, pero lo más llamativo es que la proteína Spike está producida mediante tecnología de ADN recombinante utilizando un sistema de expresión del baculovirus en una línea celular de insectos que se deriva de células Sf9 de la especie Spodoptera frugiperda...

Sí, del gusano cogollero del maíz. ¿Quién se anima...?


Adiós a Luc Montagnier, espíritu libre


Montagnier ha pasado a la historia como el descubridor en 1983 de lo que llamó el "virus asociado a la linfadenopatía" (LAV) en una biopsia de ganglio de un paciente con SIDA, y que más tarde se denominaría virus VIH, lo que le valió el Nobel de Fisiología y Medicina en 2008.

Sin embargo, ya a partir de 1990 Montagnier empezó a distanciarse de la línea de pensamiento dominante, afirmando que el VIH era incapaz por sí solo de producir la enfermedad, necesitando obligatoriamente del concurso de cofactores, lo cual plasmó en su libro "Sobre virus y hombres".

La controversia siguió con su teoría de la existencia de ondas electromagnéticas provenientes de ADN bacteriano en soluciones acuosas diluidas de bacterias, su método para detectar infecciones virales relacionado con los principios básicos de la homeopatía, su defensa del papel del estrés oxidativo en el cáncer, SIDA y enfermedades neurodegenerativas, y con su defensa de la causalidad de las vacunas en el autismo, lo que le valió ser tachado abiertamente de antivacunas.

En 2020, Montagnier se alineó con la idea de que el SARS-CoV-2 había sido creado en un laboratorio como resultado de un intento de crear una vacuna para el VIH/SIDA, basándose en que "la presencia de elementos del VIH y germen de malaria en el genoma del coronavirus es altamente sospechosa, y las características del virus no podrían haber surgido de forma natural".

Es decir, que situándose el origen del coronavirus en la ciudad china de Wuhan, la mirada libre de Montagnier se centraba más en el mayor laboratorio de virología del mundo allí ubicado que en su mercado al aire libre. ¡Qué ocurrencia...! 


Lección magistral del profesor Laporte en el Congreso


El padre de la Farmacovigilancia en España, el profesor Joan Ramón Laporte, imparte una lección magistral de obligada visualización para todo sanitario, y esclarecedora para todo el mundo. Aquí la transcripción que publica Diario 16:

"Señorías

Agradezco a esta Comisión su invitación a comparecer para comentar aspectos relativos a la campaña de vacunación contra la covid-19 en España.

En primer lugar, me presentaré. Inicié la FV en España y el SEFV en los años ochenta, fui  director del centro coordinador del SEFV y miembro de la CNFV hasta la creación de la AEMPS en 1999, y desde esta fecha hasta la actualidad he sido experto externo de esta institución (durante un tiempo miembro de su consejo asesor). Fui presidente del Comité de Medicamentos Esenciales de la OMS en 2004. He publicado más de 250 trabajos originales de investigación en farmacología clínica, farmacovigilancia y farmacoepidemiología, y dirigí el Centro Colaborador de la OMS en FE hasta 2017. En la actualidad soy también  experto externo de la EMA, en materia de farmacovigilancia y formo parte del Comité Científico del GIS EPI-PHARE de la Agencia Francesa del Medicamento y la Alta Autoridad de Salud de Francia.

No tengo conflictos de intereses relacionados con la industria farmacéutica o de productos sanitarios.

Se me ha convocado a opinar sobre “problemas y dificultades que se hayan producido hasta la fecha en el proceso de vacunación, y en la aplicación por parte de las administraciones públicas competentes de la Estrategia de vacunación frente a la COVID-19 en España y sus posteriores actualizaciones”.

He podido escuchar gran parte de las comparecencias ante esta Comisión, y he pensado que puedo aportar comentarios sobre tres cuestiones:

  • La farmacovigilancia de las vacunas y el papel de las agencias reguladoras (la AEMPS en España y la EMA en la UE),
  • Algunos aspectos de la campaña de vacunación y
  • Derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas.

Primero. Farmacovigilancia, AEMPS y EMA

En materia de farmacovigilancia, los comparecientes en esta Comisión representantes de la AEMPS han descrito los complejos procedimientos y mecanismos de coordinación que han desarrollado para hacer frente a la epidemia de SARS-CoV-2: reuniones, coordinación entre diferentes organismos de la administración, con otros estados miembros de la UE y la EMA, y con las CCAA. Procedimientos, pero escasos resultados, se si exceptúan los relativos a la alta tasa de vacunación alcanzada.

Análogamente, los Informes de Farmacovigilancia de la AEMPS (el último, el 12º, publicado el 26 de enero de 2022, informan de más de 55.000 notificaciones de efectos adversos hasta el 9 de enero de 2022. De estas, 375 tuvieron desenlace mortal, y más de 11.000 fueron calificadas como graves, (cito) “entendiéndose como tal cualquier acontecimiento adverso que requiera o prolongue la hospitalización, dé lugar a una discapacidad significativa o persistente, o a una malformación congénita, ponga en peligro la vida o resulte mortal, así como cualquier otra condición que se considere clínicamente significativa” (fin de la cita).

La publicación de estos datos puede ser vista como un ejercicio de transparencia, pero la realidad es que a falta de detalles son difícilmente interpretables.

Por ejemplo, a pesar de que en esta fecha se estaba iniciando la vacunación infantil y de adolescentes, y de que se citan 872 efectos adversos en menores de 20 años, el Informe no comenta los casos en este grupo de edad, precisamente el que concita mayores incertidumbres sobre la conveniencia de la vacunación.

La transparencia no consiste solamente en subir informes técnicos a la web (que también), sino en iluminar, en ayudar a dirigir la mirada y ayudar a comprender. De lo contrario, se siembra el terreno para que proliferen la desconfianza y las suspicacias. Quién sabe si por una intención de esconder la información en una montaña de datos, o quizá porque se entiende (equivocadamente) que esta Comisión  no es el foro para debatir cuestiones técnicas, este tipo de datos no ha sido presentado ante Sus Señorías, de modo que la propia Comisión no ha tenido la oportunidad de preguntar sobre el uso que se hace de ellos.

Señorías, les quiero comentar algunas cuestiones técnicas que puede entender cualquier ciudadano, que creo que les pueden ser útiles. Doce consideraciones.

Las primeras vacunas disponibles contra la covid-19 en España, y las más utilizadas hasta el día de hoy, han sido Comirnaty de Pfizer (54M dosis hasta el pasado 9 de enero) y Spikevax de Moderna (14 M dosis). Estas dos vacunas se basan en una nueva tecnología. Así como las vacunas tradicionales son gérmenes atenuados o porciones de ellos que estimulan el sistema inmunitario, las vacunas de ARN mensajero introducen un ácido nucleico que da instrucciones a células de la persona vacunada para que fabrique una proteína del virus (la spike protein), que a su vez estimulará el sistema inmunitario. Conviene recordar que el DRAE define una vacuna como (cito) “preparado de antígenos que, aplicado a un organismo, provoca en él una respuesta de defensa”. Según esta definición, las llamadas vacunas de Pfizer y Moderna no son verdaderas vacunas. Son fármacos basados en una tecnología nunca usada en terapéutica hasta ahora, y menos en campañas masivas. De ahí que la vacunación masiva supuso un gran experimento global, sin precedentes en la historia.

Los resultados de los primeros EC sobre las vacunas de Pfizer y de Moderna, publicados en diciembre de 2020, mostraron valores de eficacia preventiva de 90% o más. Parecían convincentes, y el mundo comenzó a respirar (nunca mejor dicho) con la perspectiva de las vacunas, y a suspirar por ellas. Pero debíamos ser conscientes de que entrábamos en un experimento preventivo vacunal global, por su extensión y por la nueva tecnología que entrañaba.

Un EC da información preliminar, que debe ser comprobada en la práctica (esto es la FE). Por ejemplo, en el EC sobre la vacuna Pfizer-BNT, de más de 43.000 participantes solo cinco fueron mayores de 85 años, y solo un 4% mayores de 74 años. Sin embargo, como todos sabemos, la vacunación comenzó en los mayores de 80 años; la primera persona vacunada en España tenía 96 años.

Los EC de medicamentos y vacunas son diseñados, realizados e interpretados por la compañía promotora. El control de calidad de los datos recogidos también corre a cuenta del promotor, y el control de la gestión de datos por las administraciones públicas se basa en inspecciones, que son ocasionales. Recientemente el BMJ describió irregularidades en el ensayo de Pfizer, conocidas como PfizerGate. El fraude es habitual, a menudo en la catalogación y archivo de los acontecimientos adversos. También se comete fraude en los EC sobre vacunas.

Estoy autorizado a contarles un ejemplo. El equipo RxISK, se autodescribe como un grupo “de expertos médicos de alto nivel de reputación internacional en la detección precoz de efectos adversos de medicamentos y en la mitigación de sus riesgos, farmacovigilancia y atención de pacientes”. Fue constituido en 2012 y dirigido por el Profesor David Healy, de la Universidad McMaster de Canadá. En colaboración con RxISK, decía, hemos entrevistado y revisado hasta ahora la historia clínica de tres participantes en ensayos clínicos (uno en Pfizer adultos, uno en Pfizer pediatría y uno en el de adultos de AZ), que han padecido efectos adversos graves e incapacitantes, y que han sido literalmente “desaparecidos”, de los informes de estos ensayos. Puedo decir que no es cierto que no se registraran acontecimientos adversos graves en los EC; por el contrario, comenzamos a tener constancia de que algunos problemas fueron escondidos debajo de la alfombra. Estos casos se harán públicos dentro de unas semanas en la web de RxISK.

En las publicaciones de los EC se ofrecen solo datos muy generales, y de forma agrupada. Además del fraude, también es habitual la presentación tendenciosa de los resultados de los EC.

Tendenciosidad que consiste por ejemplo en expresar la eficacia en términos relativos, y no absolutos. Por ejemplo, en el ensayo de Pfizer, se registraron 162 casos de covid-19 en el grupo placebo, comparado con 8 en el grupo vacunado, una diferencia de 95% en términos relativos. No obstante, la realidad fue que la incidencia de PCR positiva (ni tan solo enfermedad clínica) había sido de menos de 1% en el grupo placebo, comparado con 0,04% en el grupo vacunado, una diferencia de menos de 0,9% en términos absolutos.

O consistente en ocultar determinados resultados en el artículo publicado. Por ejemplo, en los EC con la vacuna Pfizer se registraron 14 muertes en el grupo placebo, y 15 en el grupo vacunado. En el de Moderna se registró el mismo número de muertes (14) en cada grupo. (No Señorías, los EC no han demostrado que las vacunas salven vidas). El número de fallecimientos registrados en cada grupo no fue ni tan solo mencionado en sendos artículos publicados en el NEJM, y solo se podía encontrar después de revisar decenas de páginas del material suplementario.

No dispongo del tiempo necesario para aburrirles extendiéndome en otros detalles. Pero les aseguro que los resultados de los EC promovidos por las compañías farmacéuticas deben ser considerados más bien como indicios, y de ningún modo como “evidencias”. Según el DRAE, es “evidente” lo que es “cierto, claro, patente y sin la menor duda”. Triste ironía, que expertos y dirigentes de instituciones sanitarias sigan insistiendo en evidencias ante una enfermedad nueva y por tanto poco conocida, imprevisible en su evolución epidémica y en las secuelas que va a dejar. Las llamadas evidencias sobre las vacunas no tenían nada de cierto, nada de claro, y, sí, muchas patentes.

En cualquier caso, los resultados obtenidos en cualquier EC deben ser revisados con detalle por expertos en la materia, lo que requiere tiempo, sin duda, pero también transparencia.

Pfizer, por ejemplo, anunció que haría pública la totalidad de los resultados de su EC principal sobre la vacuna en 2025. Pues bien, parece que ni esta fecha era cierta. El pasado mes de enero, a petición de varias organizaciones civiles por la transparencia, un juez federal de EEUU obligó a la FDA y Pfizer a hacer públicos estos resultados en un lapso de meses, en lugar de los 75 años que pretendía la compañía y que había pactado con la FDA.

Además, los resultados de los EC deben ser confirmados por la práctica, y esto requiere un muy cuidadoso seguimiento epidemiológico del experimento global de la vacunación contra la covid-19. De ahí la necesidad de la farmacovigilancia.

A pesar de los resultados aparentemente optimistas de los EC sobre las vacunas contra la covid-19, había en enero de 2021 por lo menos cinco áreas de incertidumbre:

Duración. Disminución de 20-30% de la eficacia relativa en 6 meses. En lugar de tomar nota de esta insuficiencia de las vacunas, los fabricantes acogieron esta noticia con subidas de su cotización en bolsa: si el producto es ineficaz, habrá que ir repitiendo dosis, si es posible durante toda la vida, el sueño de cualquier vendedor de medicamentos para el colesterol o la osteoporosis, o de crecepelos. La realidad es que necesitamos mejores vacunas, en términos de eficacia protectora.

Variantes. La eficacia de las vacunas frente a la cepa Delta fue inferior a su eficacia frente a la cepa Alfa. La experiencia reciente ha mostrado que las vacunas no han funcionado frente a la cepa Omicron.

Por ejemplo, los datos oficiales reproducidos por el Prof. Luis Carlos Silva relativos a Cataluña muestran que entre el 23/12 y el 12/01/22, se registraron 37.200 diagnósticos de covid-19 por PCR en personas vacunadas, y 30.350 en no vacunadas.

¿Evitan la transmisión o contagio? Está claro que las vacunas no evitan la transmisión de la enfermedad, de modo que el pasaporte o certificado COVID carecía de base científica, y además puede haber contribuido a aumentar el número de casos, puesto que daba una falsa sensación de seguridad a quienes lo obtenían.

Efectos adversos.

Ejemplo trombosis. Respuesta deplorable de EMA. Señal a finales de enero. PRAC se reúne ea principios de marzo. Rueda de Prensa 31 de marzo: los responsables de FV afirmaron que no disponían ni tan siquiera de cifras de vacunación por edad y sexo en los estados miembros. Además, se insistía en baja incidencia, sin distinguir la real de la notificada. Infranotificación: Cataluña 1/1 a 18/4 2021: 53 notificados vs 540 en bases de datos sanitarias.  No más con AZ que con Pfizer o Moderna.

Miocarditis y pericarditis. Al igual que con las trombosis, las estimaciones de incidencia han ido subiendo. Problemas cardíacos en atletas, jugadores de futbol y espectadores vacunados.

Acceso a escala global. D Fernando Lamata.

Por otra parte, el seguimiento de la seguridad de las vacunas ha puesto de manifiesto las deficiencias de la farmacovigilancia en la Unión Europea. La EMA ha reaccionado tarde y de manera paquidérmica e insuficiente ante las señales de efectos indeseados que han ido surgiendo y sus vacilaciones no han ayudado a las autoridades de los estados miembros a orientar la campaña de vacunación según los resultados obtenidos. Han prevalecido los procedimientos y la burocracia por encima de la ciencia, el sentido común y la atención a las incertidumbres inherentes al experimento global emprendido.

No se trata (solamente) de un incidente o de la ineptitud de algún funcionario. La EMA, financiada en más de un 80% con las tasas aportadas por las compañías farmacéuticas, está concebida para autorizar la comercialización de medicamentos y vacunas, pero no para interactuar con los sistemas sanitarios de los estados miembros.

La pandemia ha hecho evidente que la legislación europea sobre farmacovigilancia, basada en la notificación voluntaria y en planes de gestión de riesgos desarrollados por las propias compañías fabricantes, está más concebida para proteger a estas últimas que para proteger a los ciudadanos.

En este contexto, quisiera comentar también el escaso uso que se ha hecho de las bases de datos sanitarias en España, para hacer un seguimiento de la vacunación y de sus efectos beneficiosos e indeseados en el contexto de la epidemia. Probablemente no se trata solo una oportunidad desaprovechada y perdida, sino más bien del reflejo de la falta de voluntad del sistema nacional de salud para ser un verdadero productor de conocimiento, y no un mero receptor pasivo de mensajes de clara intencionalidad comercial, un comprador ignorante de tecnología, que a menudo paga humo a precio de oro. La pandemia también ha puesto en evidencia la existencia de un enorme mercado de explotación de bases de datos sanitarias para estudios epidemiológicos, canalizado por la EMA de manera no democrática, incluso colonialista, en connivencia con centros universitarios “adictos”.

Segundo. Campaña de vacunación

Residencias. La epidemia incidió especialmente en residencias de personas mayores, sobre todo al principio. La mortalidad fue 57 veces más alta en las residencias. Presumimos de sistema sanitario, pero dejamos a los más vulnerables en manos de la iniciativa privada. ¿Cuáles son los factores de riesgo de morir en una residencia? Sin duda la edad y la pluripatología, pero también la mala atención y la polimedicación innecesaria.

Una amplia variedad de fármacos, que ya eran de consumo generalizado antes de la epidemia, incrementan el riesgo de neumonía y la mortalidad por neumonía, de modo que al comienzo de la epidemia era de esperar que también incrementaran la mortalidad por Covid-19.

Por ejemplo, hace años que se sabe que los fármacos neurolépticos (antipsicóticos) duplican o incluso cuadruplican el riesgo de neumonía. En Cataluña unas 100.000 personas mayores de 70 años los consumen de manera continuada, en la mayoría de los casos en indicaciones no autorizadas. Al inicio de la pandemia consumían neurolépticos 22.000 de las 64.000 personas que vivían en residencias.

Muchos otros fármacos que tienen efecto depresor del sistema nervioso central también incrementan sensiblemente el riesgo de neumonía: analgésicos opioides como tramadol o fentanilo, hipnóticos, sedantes (también llamados ansiolíticos como loracepam, Orfida), antidepresivos como el Prozac, fármacos con efecto anticolinérgico, gabapentina y pregabalina (Lyrica). Los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol y similares) también incrementan sensiblemente el riesgo de neumonía.

Un 75 por ciento de los mayores de 70 años consume como mínimo uno de estos fármacos.

El 8 de abril de 2020 envié un informe sobre esta cuestión a la AEMPS. La respuesta fue más o menos “Gracias, pero ¿qué podemos hacer?” La misma Agencia que tiene la función legal de delimitar las indicaciones de cada medicamento comercializado no es capaz de hacer cumplir sus reglas. Repito lo dicho anteriormente  cuando hablaba de FV: procedimientos, muchos procedimientos, pero sin atención a los resultados y en desconexión del sistema sanitario.

En los últimos meses se han publicado numerosos estudios que confirman las previsiones que hice al inicio de la pandemia. En particular, un estudio sobre la totalidad de la población de Escocia, en el que se compararon algo más de 4.000 casos de Covid-19 grave (ingreso en UCI o muerte) con 36.738 de Covid-19 leve, concluyó que un 38% de los casos graves (ingreso en UCI) o mortales de Covid-19 hasta junio de 2020 serían atribuibles a la exposición a estos fármacos.

Lo más preocupante de esta cuestión es que numerosos estudios han mostrado de manera repetida que como mínimo un 40% de las personas expuestas a estos fármacos, los reciben sin justificación clínica alguna. Para algunos medicamentos, el consumo injustificado puede ser del orden de 80%.

Enfermar o morir por haber tomado un fármaco innecesario es una cruel ironía.

El sistema sanitario tiene una responsabilidad evidente en esta cuestión. Este parlamento aprobó hace unos años la desgravación de los ingresos en especies recibidos para “formación” por los profesionales sanitarios. Son ingresos que proceden de la industria farmacéutica, que es el principal suministrador directo o indirecto de formación continuada en España. Me pregunto, Señorías, ¿qué empresa convencional aceptaría como normal que sus trabajadores reciban regalos y dinero del principal proveedor de materias primas?

Varios estudios y análisis comparativos han mostrado que España es el miembro de la UE más permisivo en materia de conflictos de intereses y relaciones opacas de profesionales sanitarios con las compañías farmacéuticas. Lo mismo ocurre con las sociedades médicas y sus expertos.

En este sentido, me ha extrañado que ninguno de los comparecientes representantes de corporaciones profesionales hiciera la más mínima alusión a los conflictos de intereses de la mayoría de las sociedades médicas españolas, de los miembros de sus juntas directivas y de sus grupos de trabajo. Y me ha llamado la atención que ustedes no preguntaran por los conflictos de intereses".

Sigue el turno de preguntas y respuestas, también interesantes, del que no hay transcripción de momento.

Aun sin estar al 100% de acuerdo con toda su intervención, sobre todo alguna frase al final, la contundencia de su mensaje y su autoridad marca un antes y un después en la dialéctica covidiana en España, y quizá en el mundo. Porque el profesor Laporte ha hablado.


Las cifras de BioNTech


El hecho de que el fármaco BNT162b2  de la empresa alemana de biotecnología BioNTech sea conocido universalmente como la "vacuna de Pfizer" ha sido calificado como "el mayor golpe de marketing de la historia de la industria farmacéutica" por el Finantial Times.

Y es que la vacuna de BioNTech y Pfizer se ha convertido en el medicamento con más ventas en un año de toda la historia, generando unos 35 mil millones de dólares en 2021 y esperándose otros 30 mil millones para 2022. Pero el papel de cada empresa en ese éxito ha sido muy diferente:

BioNTech desarrolló el fármaco basado en ARNm con una financiación de 375 millones de euros del gobierno alemán. BioNTech pertenece a los médicos alemanes Uğur Şahin y Özlem Türeci, matrimonio musulmán de origen turco...

  

A mediados de enero de 2020 BioNTech puso en marcha el proyecto "Lightspeed" (velocidad de la luz) para desarrollar una vacuna contra el coronavirus, y desde entonces se han estado moviendo aproximadamente a esa velocidad. Por lo general, las vacunas tardan de ocho a diez años en desarrollarse, pero al carecer de recursos para fabricar y comercializar su producto, BioNtech recurrió a la multinacional farmacéutica norteamericana Pfizer para gestionar las operaciones comerciales, lo que le abrió las puertas de los USA de par en par, con las bendiciones de la Casa Blanca, la FDA, los CDCs, la OMS... Incluso se cambió la definición de vacuna para que su producto encajara. 

El consejero delegado de Pfizer es el judío greconorteamericano Albert Bourla...


BioNTech obtiene la mitad de los beneficios, mientras que Pfizer controla la comercialización de la vacuna en todas partes excepto en Alemania y Turquía, países de origen de los fundadores de BioNTech, y en China, donde BioNTech ya había firmado un acuerdo con Fosun Pharma.

Griegos y turcos, judíos y musulmanes, unidos por una cau$a común.

Fuente: wsws


¿Nos están avisando los herpes?

 


No se menciona en las fichas técnicas, pero ya es más que evidente que uno de los efectos de las vacunas de ARNm es la reactivación de los herpes virus que permanecían latentes en los ganglios sensoriales tras una primera infección por el virus de la varicela-zóster.

La Razón se hacía eco del trabajo español publicado en el British Journal of Dermatology afirmando que "un mecanismo plausible es que una fuerte respuesta inmune específica contra el SARS-CoV-2 o la proteína S de las vacunas puede distraer el control celular de otro virus latente".

Un enfoque coloquial digno de "Érase una vez el Cuerpo Humano", según el cual los linfocitos reales parece que fueran en sus naves y pudieran despistarse si ven una proteína que esté de buen ver...

Apunta el artículo que "la vacuna contra la Covid-19 puede reactivar el herpes zóster debido a la bajada de defensas que puede provocar cualquier vacunación". Llegamos pues al meollo del tema: "Al disminuir la inmunidad, algo que puede ocurrir de manera natural con la edad avanzada o debido a medicamentos o enfermedades que causen una disminución de las defensas, los virus latentes pueden reactivarse y dar lugar al herpes zóster". 

Es decir, se nos está diciendo que estos medicamentos, que se han diseñado para generar anticuerpos contra la proteína S del SARS-CoV-2, pueden bajar las defensas y disminuir la inmunidad natural. Es algo ya postulado en otras investigaciones, y relacionado con el concepto de vigilancia inmunológica.

La reactivación de los herpes podría ser por tanto una llamativa señal de alerta de la erosión de la inmunidad innata por la acción de las vacunas de ARNm. Algo preocupante.