Tradicionalmente se ha culpado de tales reacciones al yodo, pero un muy interesante trabajo de 2019 del Reino Unido mueve el punto de mira y lo dirige a esos componentes tantas veces olvidados de los medicamentos: los excipientes, y llega a la conclusión de que las reacciones cruzadas entre los contrastes de yodo y los de gadolinio se deben a este excipiente que comparten: el trometamol
Además de en los contrastes, el trometamol también está presente en antiinflamatorios inyectables como el dexketoprofeno o el ketorolaco, plumas de insulina lispro, biológicos como el etanercept y vacunas como la conjugada frente a meningococo de los grupos A, C, W-135 e Y.
Y ahora, el trometamol también está presente en la vacuna de Moderna Spikevax y en la Comirnaty infantil de Pfizer.
Dato relevante, porque según sanialergia la vacunación contra el COVID-19 estaría contraindicada en personas con un diagnóstico previo de «alergia a polietilenglicol, trometamol o polisorbatos».
Diana!
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