La "tormenta de citoquinas" amaina

 

El equipo de investigación del italiano Meroni desmonta en un artículo uno de los mantras del COVID-19: la en otro tiempo famosa "tormenta de citoquinas" no es la causa principal de la gravedad, sino una consecuencia del verdadero factor crucial: la activación del complemento. 

El sistema del complemento es una parte fundamental del sistema inmunitario innato del cuerpo humano. Se activa en respuesta a diversos patógenos, incluidos varios virus, pero también es el mecanismo subyacente en muchas reacciones adversas infusionales que ocurren en hospitales de día con la administración de fármacos biotecnológicos que contienen polisorbato 80. Esta coincidencia sugiere que nuestro sistema inmune reacciona ante este emulsionante sintético como si fuera un virus, produciendo anticuerpos para defenderse en un contacto posterior: los anticuerpos anti-PEG.

Volviendo al artículo, en él se explica de forma clara y concisa el proceso de la enfermedad covidiana, algo que debemos al trabajo pionero de otros investigadores transalpinos:

"La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) muestra una presentación bimodal con la primera fase caracterizada por síntomas similares a los de la gripe y la segunda asociada con neumonía y daño multiorgánico..."

Aquí hablamos en su día de una fase infecciosa y otra fase inmunitaria. Siguen ellos:

"El resultado clínico final es heterogéneo. Si bien la mayoría de los pacientes presentan una enfermedad leve o moderada de las vías respiratorias superiores que no requiere hospitalización, algunos desarrollan una enfermedad grave y un síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) potencialmente mortal. 

Estas complicaciones se deben en gran medida a la desregulación inmune con una respuesta hiperinflamatoria y protrombótica (inmunotrombosis) desencadenada por el virus SARS-CoV-2 y sostenida por diferentes mecanismos patogénicos".

Es decir, el coronavirus es el desencadenante, que no es lo mismo que el causante exclusivo, como se nos vendió al principio. Es un hecho que el COVID grave afectó sobre todo a personas mayores, la mayoría de las cuales había recicibido una vacuna de la gripe con polisorbato unos meses antes. Según nuestra comprensión de la química, es posible que en una parte de ellos los altos niveles de anticuerpos anti-PEG preparados como munición contra los polisorbatos reaccionaran con los coronavirus, que contienen en su superficie estructuras químicas similares, y se generara una reacción inmune cruzada de tipo pseudoalergia con activación del complemento (CARPA):

Es decir, algo similar a una reacción infusional, sólo que esta vez no acontecía en el hospital de día, con todos los medios a mano, sino en la casa del abuelo o en la residencia. 

El tratamiento del COVID-19 grave ha ido también evolucionando, abandonándose progresivamente los caros tratamientos antivirales en favor del fármaco que ha demostrado mayor eficacia, y que en su día sonaba casi a chiste: la Dexametasona, un clásico y barato corticoide antiinflamatorio y antialérgico.

Los corticoides son también los fármacos que usamos cuando surge una reacción adversa infusional en el hospital de día. Más coincidencias.


1 comentario:

  1. Vaya, la Dexametasona también se utiliza en la escalada a los picos de 8.000 m para combatir el mal de altura.

    ResponderEliminar